Los consumidores ya no somos lo que éramos. Si queremos aprender magia, buscamos en YouTube algunos trucos. Si queremos encontrar opiniones sobre algún producto que vamos a comprar, acudimos de nuevo a la red para encontrar reviews de influencers o bien buscamos webs sobre opiniones del producto. Comparamos precios y practicamos el ROPO (Research On-line, Purchase Off-line); es decir, buscamos on-line y compramos off-line, porque queremos esa confianza de toda la vida. Otra opción muy practicada es el showrooming: vamos a las tiendas físicas a preguntar e informarnos in situ del producto y acabamos comprando on-line por temas de precio, principalmente.
Se pueden dar circunstancias de algún modo curiosas, como por ejemplo que encontremos el mismo producto ofrecido por una misma empresa en su tienda on-line y, al mismo tiempo, con el mismo precio, en un marketplace como Amazon. ¿Dónde preferimos comprar?
Además, las empresas fabricantes se ven en la terrible tesitura de convertir a sus principales clientes, los distribuidores, en competidores, ya que, a través de la tienda on-line del fabricante, se ofrecen los mismos productos que sus distribuidores venden. ¿Desaparecerán los bien llamados “representantes” o comerciales? ¿Qué estrategia se debe seguir para no cargarse los distintos canales que tan bien nos han funcionado?
Entre todos estos procesos de compra on-line, actúan muchos intermediarios, muchas veces invisibles para el comprador final, que se llevan parte del pastel de cada compra (y los márgenes del producto), sin que nos demos cuenta. Cada click que hacemos implica una transacción comercial, ya sea en un formato de anuncio (pago por click, pago por cada 1.000 impresiones de la marca…) o en formato afiliado (comisión si finalmente se realiza la compra a través de otra web referida). En Internet no hay nada gratis, aunque pueda parecerlo.
Las marcas necesitan que hablen de ellas, necesitan menciones en todos los canales posibles, y los blogs y las redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram sirven como plataformas ideales para ello, ya que cada vez más estamos más tiempo aquí que incluso en medios como la televisión. Existen nuevos profesionales que se dedican a esas tareas que parece que se hacen gratis, por afición; es decir, al social media, a postear en Facebook, a bloggear por un fee, a generar contenido gratis para atraer a los clientes en lugar de salir a buscarlos (inbound marketing).
Las reglas del juego han cambiado
Los profesionales del marketing digital y el comercio electrónico, al igual que abogados, médicos y programadores, deben estar actualizándose día a día, minuto a minuto. Es imprescindible conocer las nuevas leyes, las nuevas tendencias, el último material, los equipos más punteros, el software más preciso y productivo. Con este motivo, la Escuela de Comercio Electrónico y Marketing Digital, Ecommaster.es, nacida en Elche (Alicante), preparó el III Congreso Ecommaster sobre Ecommerce y Marketing On-line, tras el éxito de su edición anterior, con más de 800 asistentes.
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