Las vacaciones estivales son un periodo en el que aumenta sensiblemente el uso de envases plásticos. Un mayor consumo de bebidas, comidas preparadas o productos solares contribuye a este aumento. España encabeza los índices europeos de reciclaje de este tipo de plásticos, el procedente de los hogares. Concretamente, se sitúa en el segundo puesto, solo superada por Alemania. Pero, paradójicamente, es también durante las vacaciones de verano cuando los consumidores reciclan sus residuos en una proporción menor.
El cambio de residencia habitual, los viajes y el cambio en las rutinas, así como una menor disposición de infraestructuras para ello, contribuyen a esta relajación en los hábitos de reciclado. Concretamente, según una encuesta de la Plataforma por la Sostenibilidad de los Envases, en España un 95% de los entrevistados asegura separar habitualmente los envases durante el año, mientras que solo un 83% de los mismos encuestados mantienen este hábito durante las vacaciones de verano.
Los plásticos, al final de su vida útil, son un recurso valioso que se puede recuperar como materia prima para fabricar nuevos productos o para la producción de energía. El reciclado material es la principal forma de gestión de los residuos plásticos en España. Se trata de un proceso que consiste en triturar, lavar, secar y grancear el material plástico para obtener nuevos productos hechos con plástico reciclado, como tuberías, bolsas, perchas, calzado o mobiliario urbano, entre otros.
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