El grafeno es quizá el material en el que la industria internacional ha puesto mayores esperanzas a causa de sus inmensas posibilidades de aplicación y sus numerosas propiedades físicas. Se trata de carbono puro dispuesto en una lámina de un solo átomo de espesor, una característica que dota al grafeno de estas extraordinarias características: Es flexible, 200 veces más fuerte que el acero y cinco veces más ligero.
No obstante, la producción de láminas de grafeno presenta algunas dificultades, dadas las características nanométricas del material. Por eso Graphenea, empresa basada en CIC nanoGUNE y una de las pocas firmas en todo el mundo que se dedica a la fabricación de este material, acudió a IK4-Tekniker para trabajar en el diseño de un proceso de producción más automatizado, estandarizable, escalable y fiable.
Las láminas de grafeno suelen producirse por medio de una tecnología llamada CVD, es decir, deposición química a partir de la fase de vapor. El grafeno se deposita sobre una placa de cobre cuando se disipa el vapor en el que se transporta. Uno de los problemas que estaba experimentando la compañía era que los procesos producción necesitaban de mucha producción manual. El centro tecnológico diseña junto a la empresa un proceso que permite automatizar y proporcionar fiabilidad a su proceso de fabricación de grafeno.
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