Un desastroso incendio pudo haber supuesto el final para el fabricante australiano de cajas de engranajes Digga. Sin embargo, gracias a una buena gestión y una inversión inteligente en máquinas de corte por láser y prensas plegadoras Bystronic, la empresa ha ido viento en popa.
El incendio que se desató el 2 de marzo de 2016 destruyó o dañó gravemente cada máquina en la fábrica principal de la compañía en Yatala, a 40 km al sur de Brisbane, y destruyó toda la instalación, de 12.500 m2. La compañía movió parte de su producción de exportación a sus instalaciones en EEUU y el Reino Unido. “Fue un gran desafío, pero nunca perdimos un pedido y cada de ellos fue entregado a tiempo”, asegura el responsable de producción, Peter Moody.
Nuevas máquinas de nivel mundial
Al haber invertido en los mejores equipos del mundo -en el caso de Digga, las máquinas de corte por láser y las prensas plegadoras de Bystronic- y gracias a una gestión inteligente, Digga es competitiva en cuanto a precios y está al frente en cuanto a calidad y productividad. Digga presta mucha atención a la precisión, el diseño inteligente, las prácticas de trabajo simplificadas y la motivación del personal.
“Con las tres nuevas máquinas Bystronic (y otros equipos nuevos), ahora tenemos una organización de la producción de nivel mundial. La mano de obra es costosa en Australia, por lo que contamos con un taller lean. Aún quedan cosas por hacer, pero nuestros procedimientos y nuestra eficiencia ahora son realmente buenos”. Los operarios se trasladaron para aprovechar mejor sus habilidades individuales y, en el centro, las nuevas y más rápidas y eficientes máquinas Bystronic.
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