La industria y los principales agentes implicados apuestan por un uso mucho más eficiente de los recursos, gracias al fomento de: prevención, reciclado mecánico, recuperación energética y reciclado de combustibles alternativos.
Para PlasticsEurope, el punto de partida de cualquier estrategia debe ser la prevención, tema central de las políticas de residuos de la Unión Europea y de los Estados miembros para el periodo 2010-2014. Así, es fundamental un consumo responsable y un uso más racional de todos los recursos. Además, gracias a la eficiencia de los plásticos, desperdiciamos menos alimentos, ya que la utilización de envases cada vez más ligeros alarga la vida de los alimentos y, en consecuencia, se reducen los residuos orgánicos.
Por otra parte, es necesario fomentar el reciclado mecánico de calidad, el cual debe garantizar siempre el cumplimiento de las exigencias de seguridad para la salud y el medio ambiente según la aplicación a la que se destine. Fomentar mucho reciclado en lugar de un reciclado de calidad puede ocasionar problemas para encontrar mercados adecuados de salida del material, ya que su calidad podría no cumplir las especificaciones técnicas necesarias para la aplicación final. Además, se debe promover la ampliación de esquemas de recogida que contemplen el 100% de los residuos posconsumo para fomentar el reciclaje y recuperación de todos los residuos plásticos.
Recuperación energética y CDRs
Aun así, en ocasiones el reciclado mecánico no es la opción más eficiente desde el punto de vista técnico, medioambiental y económico. En tal caso, existe la opción de la recuperación energética. Con esta vía, se aprovecha el gran poder calorífico de los plásticos, similar al de otros combustibles comunes como el gas natural o superior incluso al del carbón. Como ejemplo, si Europa utilizara todo el potencial de su corriente de residuos, podría generar electricidad para abastecer 17 millones de hogares y calefacción a otros 24 millones.
Por último, otra forma de aprovechar los residuos es utilizarlos como combustible, los llamados Combustibles Derivados de Residuos (CDRs). En España, se usan unos 2,4 millones de toneladas de este tipo de combustible alternativo. Si se dejara de optar por el depósito en vertederos de residuos con poder calorífico, se podrían producir hasta 4 millones de toneladas de CDRs, lo que supondría un aumento del 66%. El uso de tal cantidad de CDRs equivaldría a un 5% de los combustibles fósiles utilizados por la industria en general, lo que supondría la disminución de la actual dependencia de España de importaciones de fuel.
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