Los talleres generalistas siempre parecen ser necesarios, estén donde estén. Son empresas, muchas veces familiares, que se especializan en no ser especializadas. No suelen tener líneas de productos propios; a veces ni siquiera están especializadas en un sector concreto ni usan una tecnología que los diferencie de otros talleres. Pero sí tienen una cosa: buena reputación. En Italia, hay un buen puñado de empresas así. G-Tech CNC, afincada cerca de Reggio Emilia, es una de ellas.
“Estamos aquí para lo que el mercado necesite, cuando lo necesite”, afirma Davide Gherpelli, director de la empresa. “Podemos proporcionar piezas en lotes pequeños o bien tiradas largas de producción en serie. No trabajamos para una sola industria; nos consideramos un proveedor multisectorial”.
El padre de Davide, Giorgio Gherpelli, dirigió la compañía desde los años 70 hasta 2011. Pero la empresa la fundó el padre de este, el abuelo de Davide. Davide se incorporó en 2004 y un década más tarde lo hizo su hermano menor, Mirko, el “mago”, como lo llaman los demás por su dominio del mecanizado CNC. La plantilla de G-Tech está formada actualmente por 5 empleados, pero entre todos llevan adelante un taller que tiene muchísimo trabajo.
Historia de éxito
“Compramos la primera máquina de CNC Haas en 2007”, recuerda Davide Gherpelli. “Un centro de torneado SL-10. Luego invertimos en una Super Mini Mill, un centro de torneado ST-10Y con herramientas motorizadas, una fresadora de alta velocidad VF-2SS y una VF-1, que es una máquina muy todoterreno. De hecho, disponemos de una máquina-herramienta Haas para casi todas nuestras necesidades de mecanizado. ¡Tenemos un buen surtido!”.
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