Quivacolor, S.L.
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Las cada vez mayores prestaciones mecánicas de los materiales empleados en la fabricación de componentes se traducen generalmente en una menor maquinabilidad de los mismos. Un incremento en las fuerzas de corte de los procesos debido al uso de estos materiales conlleva una mayor energía térmica producida. El calor generado en la interfaz viruta-herramienta afecta a la calidad del proceso de mecanizado en términos de acabado superficial, precisión dimensional, disminución de vida útil de la herramienta y costes de proceso. La acumulación de la energía térmica generada se vería incrementada por las bajas velocidades de avance.
Ejemplos claros de este tipo de situaciones son aleaciones de titanio, níquel y cobalto. Se trata de aleaciones de baja conductividad térmica que favorecen la concentración del calor en la zona de corte. Este tipo de problemática relativa a los materiales de altas prestaciones, caracterizados por su tenacidad, ductilidad y reactividad química, se incrementa en el caso de mecanizados en seco.
El uso de lubricantes ha sido tradicionalmente justificado por la disminución de las fuerzas de corte, la refrigeración del punto de contacto de pieza y herramienta y el favorecimiento en la evacuación de la viruta en la zona de corte. El empleo de sistemas de mínima cantidad de lubricación (MQL, Minimun Quantity Lubrication) como los de Quivacolor minimiza costes de lubricante, mantenimiento de fluidos y tratamiento de residuos.
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