La fabricación aditiva de piezas metálicas ha podido demostrar su potencial en los últimos años. Todas las aplicaciones en los sectores industriales constan de este sistema: desde la producción de prototipos hasta la impresión 3D de repuestos. Es hora de iniciar, con el siguiente paso lógico de desarrollo, el cambio de la producción de piezas individuales a la producción en serie. Pero, hasta que se alcance este punto, es decir, que se puedan reproducir cantidades mayores de piezas y cumplir con los modernos requerimientos de asegurar la calidad, es necesario contar con ajustes y automatizaciones adicionales a los pasos principales de producción. El post-procesamiento juega un rol muy importante en este proceso.
El post-tratamiento térmico puede añadirse mediante un incremento simultáneo de presión, el así llamado Hippen (presión isoestática al calor). Este proceso tiene la ventaja de que se pueden reducir los microporos en el material, incrementando la densidad de compresión de las piezas impresas sobre el 99%. Si la pieza está desempolvada, tratada al calor y separada de la placa de soporte, se retiran mecánicamente las estructuras de apoyo. Esto incluye el fresado manual, la separación con pinzas y con limas. A continuación, se produce el acabado de las superficies mediante chorro o lijado a una forma deseada. Esto incluye también el moderno proceso de lijado por vibración con apoyo químico. Todos estos procesos tienen en común que no es posible procesar interiores ni sobrelapamientos geométricos.
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