Los resultados de la “Encuesta Global sobre Robótica Industrial de McKinsey de 2022” revelan que las empresas industriales están dispuestas a realizar grandes inversiones en robótica y automatización. Sin embargo, muchas compañías requerirán ayuda para completar el trayecto. Femi Ajewole, Ani Kelkar, Dylan Moore, Emily Shao y Manju Thirtha, de McKinsey & Company, profundizan en ello en el documento “Unlocking the industrial potential of robotics and automation”.
En todo el ámbito industrial, las empresas están apostando firmemente por la robótica y la automatización. Para muchas empresas, los sistemas automatizados representarán el 25% del gasto en capital durante los próximos cinco años, según muestran los resultados de la Encuesta Global sobre Robótica Industrial de McKinsey de 2022. Los ejecutivos de las empresas industriales confían en obtener beneficios en cuanto a calidad de producción, eficiencia y tiempo de actividad. Sin embargo, muchas siguen desconfiando del reto, siendo el coste de los equipos y la falta de experiencia interna las principales preocupaciones.
Entre los sectores industriales encuestados, el mayor inversor en automatización durante los próximos cinco años será el comercio minorista y los bienes de consumo, con un 23% de los encuestados de dicho sector planeando destinar más de 500 millones de dólares. Se sitúa por encima del 15% en alimentos y bebidas y el 8% en automoción. Para los participantes en logística e implementación, la automatización representará el 30% o más de su gasto de capital en los próximos cinco años, la tasa más alta entre los segmentos industriales encuestados.
Dado que se prevé que en los próximos años se desembolsen miles de millones de dólares para la automatización, las empresas industriales deben asegurarse de que la implementación sea correcta. Muchas se muestran dubitativas, según muestran los resultados de la encuesta, y este estado de las cosas ofrece a los proveedores de tecnología la oportunidad de ganar cuota de mercado. Los proveedores más exitosos serán aquellos que puedan ayudar a las empresas industriales a superar los retos, incluyendo los relacionados con la selección de tecnología, la planificación de la implementación y la adquisición del conjunto de habilidades necesarias para la implementación a mayor escala.
Algunos aspectos de la actividad productiva son más susceptibles de automatización que otros, con las tareas rutinarias situadas a la cabeza. Actividades como la selección, el envasado, la clasificación, el movimiento de un punto a otro y el control de calidad ya están automatizadas hasta cierto punto, y seguirán experimentando una gran inversión en los próximos años. Por el contrario, actividades como el montaje, la estampación, el tratamiento de superficies y la soldadura, que requieren altos niveles de participación humana, tienen menos probabilidades de automatizarse a corto y medio plazo.
Cuando las operaciones se pueden automatizar, entre los beneficios se incluye la capacidad de trabajar de manera más rápida y con mayor capacidad, así como de ofrecer una alta calidad. Además, se registran beneficios en cuanto a coste, tiempo de actividad operativa y seguridad. Por otro lado, es probable que los factores medioambientales y de sostenibilidad se vean menos afectados de manera positiva.
La automatización no es una tarea sencilla
Un mensaje destacado de la encuesta es que la automatización no es una tarea sencilla. Los participantes señalan que los principales retos para la adopción incluyen el coste de capital de los robots y la falta general de experiencia de las empresas con la automatización, citados por el 71% y el 61% de los encuestados, respectivamente. Algunos señalan que la confianza empresarial en la tecnología es baja, lo que genera desafíos en torno a la convicción y la financiación. Además, las expectativas de los encuestados en cuanto a beneficios en producción y confiabilidad a través de la automatización se ven contrarrestadas por la creencia de que tales beneficios eliminarán puestos de trabajo y pueden afectar a los contratos existentes. En realidad, según McKinsey, esto no es así, ya que la automatización generalmente conduce a cambios en los roles del puesto de trabajo, en lugar de a despidos.
Actualmente, muchas empresas funcionan con una mezcla de tecnologías heredadas y prevén dificultades en la implementación de un conjunto unitario de soluciones de programación integradas e interoperables y plataformas para robótica y automatización. De entre los encuestados, el 42% cita dificultades para encontrar proveedores de soluciones holísticas de principio a fin en todas las geografías para el alcance de las tecnologías robóticas que les interesan. Las empresas están respondiendo a estos problemas con un aumento de las colaboraciones entre integradores de sistemas heredados y start-ups de robótica y disruptores que ofrecen innovaciones de vanguardia.
Los participantes en la encuesta también se muestran preocupados por la instalación de la robótica en los espacios existentes y la posible incapacidad de las máquinas para interactuar con los productos. La preocupación por la seguridad y los ciberataques también se presentan como áreas potenciales de peligro.
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