Uno de los principales retos que trae consigo el consumo de tecnología es la buena gestión del reciclaje de los residuos electrónicos. La acumulación de estos residuos es cada vez mayor: según un estudio de The Round Up, se prevé que, de cara a 2030, se lleguen a acumular más de 70 millones de toneladas de basura electrónica. Sin embargo, conseguir reducir esta cifra es posible si se llevan a cabo acciones para evitar que dispositivos electrónicos aún funcionales terminen en la basura sin ser reciclados.
Por contextualizar, en España, un 99,5% de hogares dispone de equipos de telefonía móvil y un 82,9% cuenta con al menos un ordenador o tablet, según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en los Hogares de INE. Esto solo en cuanto a teléfonos y ordenadores.
Otro estudio de IO Investigación, en este caso sobre smartphones, demuestra que los usuarios no alargan la vida útil de sus teléfonos inteligentes tanto como podrían, ya que el 45% de los españoles cambia de móvil cada dos o tres años y solo el 18% espera a que el suyo se estropee para comprar otro. Según Anovo, empresa puntera en el servicio de posventa tecnológica, estos datos reflejan la necesidad de empezar a reutilizar o reciclar estos dispositivos antes de que terminen en la basura.
Cinco acciones para evitar que los dispositivos electrónicos terminen en la basura
Para poder contribuir a esta mejora en la gestión de residuos, es necesario saber cómo desechar correctamente cada equipo. Pero, antes de llegar a la última opción, que es el reciclaje, Anovo presenta cinco acciones para evitar que los dispositivos electrónicos terminen en la basura:
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