Con la innovación como bandera

Las diferentes naves de la División Industrial en la planta de Santpedor de Vilardell Purtí aglutinan parte de la historia industrial del país, desde el taller con tornos de leva hasta la última tecnología CNC y las más novedosas incorporaciones realizadas por la empresa para los procesos de limpieza técnica de las piezas en sala blanca y de aseguramiento de su calidad mediante un sistema de visión artificial. En la División Médica que desarrolla, fabrica y comercializa producto propio, realizan el control de todo el ciclo del producto: desde la compra de materia prima, hasta le venta al cliente con una red de distribución propia. Y todo ello con el conocimiento como fuente de mejora e innovación, y una estrecha colaboración con proveedores como Iscar en el campo de las herramientas.

Cuando en 1958 Jaume Vilardell Purtí creó en Manresa una empresa familiar dedicada al decoletaje probablemente no imaginó que ese taller décadas más tarde sería galardonado con prestigiosos premios a la calidad y la innovación, y que además contaría con una División Médica que fabricaría y comercializaría sus propios productos.

Dibujando el camino

No lo imaginó pero sí sentó las bases para que lo que hoy es un grupo de empresas con diferentes divisiones sea un ejemplo de visión, estrategia y buenas prácticas productivas. Bajo su dirección la empresa comienza un rápido crecimiento que hace que en 1972 se tenga que trasladar a otras instalaciones mayores en Santpedor, donde actualmente tiene su sede. En la década de los 80 la empresa, con el empuje de su actual presidente Joan Cortina, consolida su posición como fabricante de componentes mecanizados de calidad y pequeño diámetro lo que les abre las puertas de los grandes grupos internacionales del sector de automoción. Adelantándose a lo que posteriormente sería una exigencia de los clientes en la mayoría de sectores, en la década de los 90 inician la implantación de sistemas de calidad obteniendo las certificaciones correspondientes que pronto hicieron extensivas al área del medio ambiente.

Paralelamente la empresa impulsa y fortalece su labor comercial lo que, sin duda, ha contribuido a su fuerte posicionamiento fuera de nuestras fronteras. En la actualidad su volumen de exportación supera el 40% de la facturación.

Otra de las políticas promovidas por Joan Cortina fue la diversificación tanto a nivel de clientes, como de sectores y de mercado.

Y el último gran paso en esta senda de la innovación fue la creación de una nueva División que se encargaría de diseñar, producir y comercializar productos propios en el ámbito de las aplicaciones médicas. Hoy es evidente el acierto de la decisión ya que este sector muestra buenas perspectivas de crecimiento que se mantendrán en el futuro.

Dos divisiones

Así, el Grupo Vilardell Purtí cuenta con dos divisiones diferentes, la industrial y la médica, que disponen de fábricas y procesos distintos. “En la División Médica - explica Albert Giralt, director general de la compañía - que desarrolla, fabrica y comercializa producto propio, ejercemos el control de todo el ciclo del producto: desde la compra de materia prima, hasta le venta al cliente con una red de distribución propia. El abanico de instrumentos para gestionar este proyecto es mucho más amplio y abarca el codiseño con clientes, la captación de necesidades del mercado, diseño y prototipos, inclusión en catálogo de nuevos productos, producción en serie, marketing… todo el proceso que desarrollan las compañías con producto propio”.

La DivisiónIndustrialcuenta también con la mayor parte de dichos departamentos aunque algunos lógicamente no están tan desarrollados, como el de marketing y comercialización. “No se tiene tanta intervención en el campo de diseño de piezas, ya que son las grandes firmas de automoción o de aeronáutica las que generan sus propios planos, pero intervenimos como profundos conocedores del proceso de producción con el objetivo de reducir costos de fabricación”. La oficina técnica de esta división además de colaborar en el diseño con el cliente, realiza los estudios preliminares técnicos donde se diseña el proceso y se calcula el costo; el análisis de la necesidad de nuevas adquisiciones. “Posteriormente, si nuestra oferta es aceptada por el cliente, son responsables de desarrollar el proceso necesario para su producción, realizar los programas de las máquinas, diseñar los utillajes necesarios, elegir las herramientas más apropiadas… y actualizar el sistema informático para que el operario tenga acceso a toda la información necesaria para realizar su trabajo. Una vez comienza la fabricación, realizan el seguimiento de los resultados analizando si se encuentran dentro de los parámetros de calidad y productividad establecidos. Si algo no marcha como debiera desde producción o desde oficina técnica se proponen mejoras que, cuando se comprueba su validez, se incorporan como modificaciones al proceso. Es la rueda continua de la mejora”.