El coche eléctrico, una oportunidad para el medio ambiente y la industria

Mientras que los vehículos convencionales queman combustible en un motor de combustión interna, los vehículos eléctricos que funcionan con baterías no tienen motor de combustión. En cambio, utilizan la energía almacenada en baterías para alimentar uno o más motores eléctricos. Los vehículos eléctricos son una tecnología clave para reducir la contaminación del aire en áreas densamente pobladas y una opción prometedora para contribuir a los objetivos de diversificación energética y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Desde el punto de vista productivo, se estima que mientras que las transmisiones convencionales tienen hasta 2.000 piezas, las transmisiones eléctricas pueden tener menos de 20. Este cambio es una oportunidad que se perderá si los vehículos eléctricos o sus componentes son importados o fabricados por proveedores de bajo costo. Por lo tanto es importante estar al día de los cambios en los sistemas que componen un automóvil con su transformación en eléctricos para adecuar las inversiones y desarrollos. Cambios como frenos regenerativos de energía, aligeramiento de estructuras, sistemas de transmisión, aumento de la inteligencia en los automóviles, baterías, etc. Así mismo se eliminan elementos que hasta la fecha eran los principales y críticos en la fabricación de un automóvil como los cigüeñales, árboles de lavas, cajas de transmisión, etc. Por ello, sin duda, se plantean como un nuevo mercado para las empresas de producción.

Los coches eléctricos han experimentado un aumento en popularidad en los últimos años, pero los vehículos eléctricos ya se fabricaban a fines del siglo XIX. Los vehículos siguieron siendo populares hasta principios del siglo XX, cuando tuvieron que competir con los vehículos con motor de combustión interna producidos en serie.
Después de un par de décadas de competencia, el motor de combustión interna ganó, principalmente debido a las limitaciones de las baterías.
El interés por los vehículos eléctricos volvió durante la crisis energética del petróleo de los años setenta y ochenta, pero los coches nunca alcanzaron la producción en masa. Aun así, los vehículos eléctricos han regresado, con la introducción de automóviles totalmente eléctricos.
Muchos de los vehículos eléctricos actuales funcionan con baterías recargables de iones de litio, el mismo tipo que se encuentra en la mayoría de los ordenadores portátiles. Estos están reemplazando las baterías de plomo-ácido más baratas que se utilizan en la mayoría de los modelos más antiguos de vehículos eléctricos.
Los vehículos eléctricos son una tecnología clave para reducir la contaminación del aire en áreas densamente pobladas y una opción prometedora para contribuir a los objetivos de diversificación energética y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Los beneficios de los vehículos eléctricos incluyen cero emisiones de escape, mejor eficiencia que los vehículos con motor de combustión interna y un gran potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero cuando se combinan con un sector de electricidad con bajas emisiones de carbono. Estos objetivos son los principales impulsores del apoyo político de los países en el desarrollo y despliegue de sistemas de propulsión eléctricos para el transporte. Hasta la fecha, 17 países han anunciado objetivos de vehículos de emisión cero del 100% o la eliminación gradual de los vehículos con motor de combustión interna hasta 2050. Francia, en diciembre de 2019, fue el primer país en poner esta intención en ley, con un plazo de 2040.
Las acciones políticas para los vehículos eléctricos dependen del estado del mercado o la tecnología de los vehículos eléctricos. Establecer estándares de vehículos y cargadores son requisitos previos para realizar una amplia adopción de vehículos eléctricos. En las primeras etapas de implantación, los esquemas de contratación pública (por ejemplo, para autobuses y vehículos municipales) tienen el doble beneficio de mostrar la tecnología al público y brindar la oportunidad a las autoridades públicas de predicar con el ejemplo. Es importante destacar que también permiten a la industria producir y entregar grandes pedidos para fomentar economías de escala. Las economías emergentes pueden ampliar sus esfuerzos políticos tanto para vehículos nuevos como para importaciones de segunda mano.
Las tasas impositivas que reflejan las emisiones de CO2 del tubo de escape pueden conducir a una mayor aceptación de los vehículos eléctricos. Los incentivos fiscales en la compra de vehículos, así como las medidas complementarias (por ejemplo, bonificaciones de peajes y zonas de bajas emisiones) son fundamentales para atraer a consumidores y empresas a elegir la opción eléctrica. Los gobiernos locales son clave a la hora de proponer e implantar medidas para potenciar la propuesta de valor de los vehículos eléctricos. El uso de zonas locales de bajas y cero emisiones puede llevar a la decisión de compra de automóviles mucho más allá de esas zonas y puede influir en el valor relativo de reventa de los motores de combustión interna y los sistemas de propulsión eléctricos.
La gran mayoría de los mercados de automóviles ofrecen algún tipo de subsidio o reducción de impuestos para la compra de un automóvil eléctrico individual o empresarial, así como esquemas de apoyo para el despliegue de infraestructura de carga. Las disposiciones en los códigos de construcción para fomentar las instalaciones de carga y la preparación para vehículos eléctricos de los edificios son cada vez más comunes. También lo son los proyectos para construir infraestructuras de carga a lo largo de corredores viales y estaciones de servicio de combustible.

Tipos de vehículos eléctricos
Hay tres tipos principales de vehículos eléctricos (EV), clasificados según el grado en que se utiliza la electricidad como fuente de energía. BEV, o vehículos eléctricos de batería, PHEV de vehículos eléctricos híbridos enchufables y HEV o vehículos eléctricos híbridos. Solo los BEV pueden cargarse con una carga rápida de CC de nivel 3.