La Agencia Vasca de la Innovación Innobasque ha publicado recientemente su “Informe de tendencias de innovación en Euskadi en 2023”, un documento que marca las principales corrientes de innovación que van a afectar este año a las organizaciones vascas. Este trabajo supone dar continuidad a los informes de prospectiva de los años 2019 y 2020, y su objetivo es servir como guía y elemento de reflexión sobre ámbitos clave en los que las organizaciones vascas deben promover el cambio.
Este “Informe de tendencias de innovación en Euskadi en 2023” es fruto de un exhaustivo análisis de referencias internacionales, en un contexto caracterizado por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad (conocido como VUCA, por sus siglas en inglés), del que son una muestra acontecimientos mundiales recientes, como la pandemia de la COVID-19, por un lado, o la guerra en Ucrania, por otro. Este marco global se ha adaptado a la realidad de Euskadi, y las conclusiones detectadas han sido puestas en conocimiento de un total de 164 profesionales del Sistema Vasco de Ciencia, Tecnología e Innovación, integrantes del Panel de personas expertas en innovación -referentes en sus respectivos campos profesionales y procedentes de entidades socias de Innobasque- que aportan su visión y conocimiento. Sus aportaciones han sido incorporadas al informe de tendencias.
El resultado permite a empresas y otras organizaciones estar al tanto de las últimas tendencias y cambios en su sector y en el ámbito global, identificar oportunidades, detectar problemas y anticiparse a los cambios para, en definitiva, poder innovar de manera eficaz y mantener la competitividad.
Principales conclusiones
Las conclusiones del informe están condicionadas por un contexto global caracterizado por cinco megatendencias ya identificadas en informes anteriores: la nueva globalización, con China como nueva superpotencia global; la escasez de materias primas y de recursos energéticos, con el consiguiente incremento de los precios; los cambios demográficos y sociales, que acentúan desigualdades y polarizan a la sociedad al tiempo que crean tensiones para la gestión del talento; la revolución digital, caracterizada por la hiperconectividad y por los datos como recurso clave, y el cambio climático, que impulsa una transición verde.
En este marco general, la rápida y repentina acumulación de cambios pone a prueba a países y a organizaciones. Y plantea nuevos retos para la seguridad, la planificación organizativa, la toma de decisiones, la función directiva y el ejercicio del liderazgo. La evolución de las claves del entorno afecta a las organizaciones, condicionando su funcionamiento ante la necesidad de reaccionar o de anticiparse. Y les exige gestionar la innovación -tecnológica y no tecnológica- en todos los ámbitos de actividad, desde la I+D hasta el marketing o las operaciones.
Para afrontar estos retos, este “Informe de tendencias de innovación en Euskadi en 2023” de Innobasque pretende constituir una herramienta útil para las organizaciones vascas.
¿Qué nos depara el futuro?
Esta es una pregunta cada vez más recurrente en las organizaciones y en la sociedad en general, especialmente en una época como la actual, marcada por un contexto en el que se dan muchos cambios, cada vez a mayor velocidad. Es un contexto caracterizado por su volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, y conocido como VUCA (por sus iniciales en inglés), del que son buenos ejemplos acontecimientos recientes, como la pandemia de la COVID-19 o la invasión rusa de Ucrania.
Vigilar el entorno permite a las organizaciones estar al tanto de las tendencias y cambios (tecnológicos, regulatorios…) tanto en su sector de actividad como en el mercado global, así como identificar nuevas oportunidades, detectar problemas y anticiparse a los cambios para actuar en consecuencia, entre otros aspectos. Prestar atención de manera continua y sistematizada a lo que ocurre alrededor es, por tanto, esencial para poder innovar de manera eficaz y mantener la competitividad.
Megatendencias determinantes
Las tendencias de innovación que se presentan en el informe están condicionadas por el contexto socioeconómico y geopolítico, que se caracteriza por una serie de factores determinantes, estrechamente relacionados entre sí, que influyen decisivamente en su evolución.
Estos factores se engloban en cinco ámbitos: una nueva globalización, la economía en tiempos de escasez, cambios demográficos y sociales, la revolución digital y el cambio climático.
Nueva globalización
El escenario geopolítico sigue avanzando hacia un mundo multipolar, advirtiéndose el nacimiento de una “nueva globalización”.
El centro de gravedad geopolítico se ha desplazado hacia el Este, con China como nueva superpotencia mundial que aspira a reemplazar a EEUU. Prueba de ello, es que, por primera vez desde que se recogen datos, China ha superado a la UE en volumen de inversión privada en I+D.
Instituciones multilaterales como Naciones Unidas o la Organización Mundial del Comercio ven debilitado su papel, debido en parte al surgimiento de populismos y nacionalismos proteccionistas.
En la última reunión del Foro de Davos se habló de “Globalización 5.0”, un contexto caracterizado por una mayor integración socioeconómica y tecnológica que ha conducido a un fortalecimiento de las alianzas regionales y mundiales, la recuperación y diversificación de las cadenas de suministro y la alta movilidad laboral.
Economía en tiempos de escasez
Como consecuencia de la pandemia, instituciones, empresas y ciudadanía experimentaron en su día a día un fenómeno al que no estaban acostumbradas: la escasez de materias primas o de recursos energéticos, y el consiguiente incremento de los precios.
La guerra de Ucrania ha acentuado estas carencias, cuyo origen también está relacionado con el cambio climático, la ineficiente gestión de recursos o el actual modelo económico, que tensiona un planeta de recursos finitos. Además, se ha generado un importante efecto inflacionario y subida de tipos de interés.
También cobran relevancia fenómenos como el capitalismo de stakeholders, que integra a todos los grupos de interés en la estrategia empresarial, ampliando el abanico de los beneficios más allá de los puramente económicos.
Cambios demográficos y sociales
La escasez se da también en el ámbito del talento, en el que las tensiones demográficas (entre ellas, la baja natalidad y envejecimiento de la población en los países más desarrollados), unidas a las diferencias de hábitos entre generaciones (en la forma de entender el trabajo y trabajar, en el ocio, en las relaciones...), han generado un impacto notable. Además, se producen cambios en otros aspectos, como en la forma de aproximarse a los mercados/clientes.
En el ámbito social, la pandemia evidenció el fenómeno latente de la desigualdad. Se experimenta una creciente brecha en función de la disponibilidad de recursos, que provoca malestar social. Como contrapartida, proliferan movimientos, iniciativas y conceptos que apelan a un reparto más justo de la riqueza, como la renta básica universal o el denominado “capitalismo consciente”.
Desigualdad, inestabilidad política, desconfianza en las instituciones tradicionales y polarización del debate público, alimentadas por narrativas extremas, empiezan a erosionar las democracias, y dan paso a alternativas populistas y a la polarización de la sociedad.
Ante la falta de credibilidad de algunas instituciones, en la sociedad aumentan las expectativas de que las empresas lideren cambios sociales, a la vez que se eleva el grado de escrutinio sobre su actividad y se disparan también los riesgos reputacionales. La ciudadanía exige transparencia a las marcas y un comportamiento más ético, que responda a cuestiones como el origen de las materias primas, el trato a sus empleados, o su actitud ante el cambio climático.
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