Mazak -representada en España por Intermaher- apoya el Proyecto ARES, en el que un grupo de estudiantes japoneses tiene como objetivo ser el primer equipo nipón en participar en el concurso mundial de vehículos exploradores de Marte “University Rover Challenge (URC)”. “ARES 5”, el vehículo explorador de Marte desarrollado para este proyecto utiliza un desacelerador cicloide en su brazo que fue mecanizado por una máquina multitarea INTEGREX i-250H S.
Las necesidades de mecanizado de piezas en la industria espacial son muy variadas e incluyen no solo motores de cohetes y piezas de satélites, sino también equipos terrestres como plataformas de lanzamiento y antenas.
Cohetes: la puerta de entrada al acceso al espacio
Los cohetes son la puerta de entrada al espacio y juegan un papel central en el sector. La mayoría de los cohetes son desechables, con excepción de cargas útiles como los satélites, y los altos costes del desarrollo y la fabricación han sido un problema. Para lograr un acceso confiable y de bajo coste al espacio, desde hace mucho tiempo se ha soñado con cohetes que pudiesen recuperarse y reutilizarse para lanzamientos repetidos. Actualmente, este es un campo al que el sector privado continúa incorporándose y en el que avanza, y su desarrollo está progresando en muchos países.
Miniaturización y fabricación en serie en el mercado de los satélites
La cifra de satélites lanzados en 2022 es de alrededor de 2.400, lo que supone un aumento de aproximadamente 11 veces en los diez últimos años. Se han fabricado en serie y lanzado muchos satélites de pequeño tamaño, y se han logrado avances en la construcción de redes de satélites y en la utilización de datos. Con el crecimiento del mercado de satélites de pequeño tamaño, que frecuentemente se lanzan en gran número, el foco se está poniendo en los cohetes de pequeño tamaño utilizados para lanzar estos satélites.
Del espacio que visitamos al espacio en el que nos quedamos
Los viajes espaciales están empezando a evolucionar de la fantasía al mundo real. Los planes van desde viajes espaciales suborbitales, donde se puede experimentar la ingravidez durante unos minutos, hasta estancias en la Estación Espacial Internacional y futuros viajes espaciales a destinos aún más lejanos, como orbitar la Luna.
Por otra parte, hay mucha basura espacial flotando en el espacio exterior, como por ejemplo los restos de cohetes desintegrados. En este sentido, continúa el desarrollo de robots y otros equipos para la eliminación de restos y el mantenimiento de satélites.
Exploración del espacio y desarrollo de recursos
Se espera que la expansión al espacio exterior ayude a obtener energía y recursos que se están agotando en la Tierra. Específicamente, estos incluyen metales raros como el titanio, el níquel y el platino, y agua que puede usarse como agua potable o combustible. En 2020, el explorador japonés de asteroides “Hayabusa 2” se convirtió en la primera sonda del mundo en recuperar con éxito muestras de un asteroide. En 2022, la sonda de superficie lunar “Hakuto” completó su misión de entrar en órbita alrededor de la superficie lunar. Aunque en esta ocasión no pudo aterrizar en la Luna, continuará explorando la superficie lunar en el futuro.
La tecnología brinda apoyo a la exploración del espacio
El cuerpo celeste más cercano a la Tierra, la Luna, está a 380.000 kilómetros de distancia, y el planeta vecino Marte se encuentra a 75 millones de kilómetros. No es posible comunicarse con la Tierra en tiempo real. Las sondas celestes incluyen orbitadores que operan en la órbita, módulos de aterrizaje que aterrizan en la superficie para realizar observaciones de puntos fijos y vehículos exploradores que viajan sobre la superficie y exploran áreas amplias; todos ellos deben ser lo suficientemente confiables y autónomos como para continuar operando durante largos periodos de tiempo sin reparaciones.
Vehículos exploradores de Marte
Marte es un planeta rocoso, similar a la Tierra. Desde que comenzase la exploración espacial en los años 60, se han enviado numerosas sondas no tripuladas para explorar Marte. Entre ellas, los vehículos exploradores, que son vehículos autopropulsados, cruzan la superficie de forma autónoma tras el aterrizaje para recoger y analizar muestras de suelo y rocas.
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