Los proveedores de automoción deben reinventar sus instalaciones en una era disruptiva

Para muchos proveedores de automoción durante los últimos 20 años, el cálculo de la localización de la planta ha sido relativamente sencillo. Si había ingresos de mil millones de dólares en una región, esa era probablemente una razón para construir y mantener una gran planta allí. Si la mano de obra de bajo coste estaba disponible en un país diferente, pero no en el propio, entonces el equipo directivo probablemente evaluaría los pros y los contras de relocalizarse.
Entonces apareció la COVID-19, que interrumpió las cadenas de suministro y redujo el tiempo de conducción de las personas y la demanda de automóviles. Algunas de las estrategias sobre la localización de la planta pasaron a un segundo plano a medida que otros asuntos pasaban a ser prioritarios.
Ahora, a medida que las empresas comienzan a contemplar un mundo pospandémico y las ventas de automóviles se recuperan, los directivos de suministros de automoción están volviendo a debatir sobre la localización de sus instalaciones, y estos debates los encuentran más complicados que nunca. Es como si estos directivos estuvieran capitaneando un barco que acaba de capear una tormenta terrible y, en lugar de entrar en aguas tranquilas, descubren que las rocas que aparecían en la carta náutica ahora son mucho más grandes y están más cercanas.
El artículo “Amid disruption, automotive suppliers must reimagine their footprints” de McKinsey & Company se sumerge en las tendencias que han convertido la estrategia de instalaciones de la fabricación en un enigma a resolver. Esas tendencias incluyen el rápido incremento de los vehículos eléctricos; la llegada de nuevos OEM disruptivos, y regulaciones sobre el CO2 que se ciernen sobre la industria de la cadena de suministro de automoción. El artículo concluye con una lista de verificación que los proveedores de automoción pueden usar para determinar cómo deberían transformar sus instalaciones de la fabricación para tener la mejor oportunidad para imponerse en el mercado del futuro.

Nuevas preguntas para una nueva era
Además de las consideraciones tradicionales sobre sus instalaciones, los proveedores de automoción de hoy en día se enfrentan a una serie de nuevas preguntas. Entre las más importantes, se encuentran los siguientes:

• ¿Cómo podemos transformar nuestra plantilla de fabricación y desarrollar las capacidades que necesitamos para nuestras futuras líneas de productos, incluyendo más software y experiencia inalámbrica?
• ¿Dónde podríamos tener la oportunidad de integrarnos verticalmente a través de fusiones y adquisiciones?
• ¿Qué ventajas estructurales (más automatización o mayor eficiencia de planta) tienen nuestros competidores y cómo podemos reducir esa brecha?
• La automatización que estamos realizando, ¿deberíamos llevarla a nuestras fábricas existentes o adoptar un enfoque totalmente nuevo y construir fábricas completamente nuevas con altos niveles de automatización?
• ¿Qué precio pagaremos, dentro de 5 o 10 años, por retrasarnos en el uso de la tecnología?
• Mirando hacia el mismo horizonte, de 5 o 10 años, ¿qué será diferente en las áreas de disponibilidad de mano de obra, salarios de los trabajadores de la planta y costes de transporte?
• No muchos directivos de suministros de automoción pondrían en duda la importancia de estas preguntas. Pero las completas agendas de los directivos suponen que, en general, no están en condiciones de dar un paso atrás y adoptar una visión estratégica a largo plazo. Gran parte de la toma de decisiones en la fabricación de automóviles es, de hecho, incremental, centrada en algo que sucederá dentro de un año (como dónde situar un programa de eficiencia) o dentro de dos años (como qué planta usar para un nuevo producto). Este incrementalismo podría dejar a los proveedores en el lugar equivocado, desde una perspectiva de presencia física, a medida que la industria se reinventa durante la próxima década.

Las tendencias que afectan a los proveedores de automoción
La tendencia más importante, por supuesto, es el auge de los vehículos eléctricos a expensas de los vehículos que usan motores de combustión interna y que funcionan con gas. Esta tendencia está impulsando muchos de los cambios a los que hacen frente los proveedores de automoción, pero también hay otras tendencias. A continuación, se presentan cuatro de las más importantes:

• Cambios en el portfolio relacionado con la tecnología: El enfoque del sector en la conducción autónoma, los automóviles conectados, los vehículos eléctricos y la movilidad compartida (ACES) está provocando una transformación en la combinación de productos de los proveedores. En una encuesta realizada el año pasado por McKinsey y la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA), el 90% de los proveedores dijeron que estaban remodelando sus carteras de producto para destacar las tecnologías de motores eléctricos y las innovaciones en baterías. Los proveedores dijeron que estaban dando menos importancia a los sistemas exteriores de carrocería, las suspensiones, las ruedas y los sistemas del motor.
• Aparición de nuevos OEMs: Tesla no es el único fabricante de vehículos eléctricos que está revolucionando el mercado de automoción. Han llegado otras nuevas empresas de coches eléctricos, y la Bolsa, al menos, apuesta por su éxito. Estas empresas (incluyendo Nio) no tendrán las limitaciones de los OEMs convencionales para desarrollar sus capacidades de fabricación y montaje. McKinsey & Company prevé observar altos niveles de automatización en sus plantas -similares a los de Tesla, que es, con mucha diferencia, el OEM más eficiente del mundo- y tal vez algunas plantas “con luces apagadas” en Europa Central y Occidental, cerca de los centros de demanda de vehículos eléctricos premium. Los proveedores de automoción que participaron en la encuesta de McKinsey y CLEPA se mostraron escépticos sobre la relevancia de estos OEM: dos tercios dijeron que no creían que una parte significativa de sus ingresos en 2030 procediese de las piezas fabricadas para los vehículos de estos nuevos OEM. Si las decisiones de inversión de los proveedores reflejan esa creencia, es decir, si continúan dirigiendo sus esfuerzos de manera abrumadora hacia sus clientes OEMs existentes, McKinsey & Company cree que serán eliminados de un pool de valor significativo. Su opinión es que los nuevos OEM están preparados para hacerlo bien y que habrá una transición significativa de volumen hacia ellos y lejos de los OEMs actuales entre la época actual y 2030.