Los indicadores del cambio climático han alcanzado una nueva magnitud: el de 2020 fue el mayo más cálido registrado y las concentraciones de dióxido de carbono siguen registrando niveles récords según la Organización Meteorológica Mundial. Así, con motivo del Día Internacional Contra el Cambio climático, que se celebró el 24 de octubre, Naciones Unidas instó a los gobiernos internacionales a combatir sus efectos, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 13, Acción por el Clima.
En este sentido, los programas de reducción, compensación y comercio de derechos de emisión de gases de efecto invernadero (GEI), como el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión de la Unión Europea (EU ETS), se han establecido como una herramienta básica en la estrategia de los gobiernos frente al cambio climático. Para su correcto funcionamiento, una parte fundamental de las políticas de sostenibilidad (regionales, nacionales y supranacionales) es conocer, medir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas a procesos, instalaciones, productos y proyectos. Para ello, las organizaciones sujetas a estos planes deben realizar un inventario y declaración de la cantidad de gases de efecto invernadero que han sido emitidos o se van a emitir, que es imprescindible que sea verificado por una organización externa que aporte confianza añadida a su veracidad.
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