S21sec participó recientemente en la mesa redonda “En un escenario incierto, la ciberseguridad puede fortalecer tu negocio”, moderada por Ana Barandiaran, periodista de Economía en el Grupo El Correo, en el marco del 4º Congreso Nacional de CFO organizado por APD en Valencia.
Agustín Muñoz-Grandes, CEO de S21sec, debatió junto con Julio Prats, director de Producto en Vodafone, y Arturo Giner, CFO de la Autoridad Portuaria de Valencia, la situación a la que hacen frente los CFO tras la irrupción de la COVID-19, así como la importancia de la sensibilización en materia de ciberseguridad que ha de tener la Dirección a la hora de adaptarse a un entorno cambiante donde los riesgos no son estáticos.
En su primera intervención, Agustín Muñoz-Grandes expuso cómo la pandemia ha acelerado el proceso de transformación digital, exponiendo como nunca antes las vulnerabilidades de las empresas en este ámbito: “La inversión en tecnología ha aumentado para poder soportar el trabajo en remoto, haciendo que la transformación digital pase a un primer plano dentro de las agendas de los CFO, pero este aumento va acompañado de unos riesgos en ciberseguridad que hay que tener en cuenta a la hora de incrementar presupuestos”.
Ante esta aceleración de la tecnología, Julio Prats hizo hincapié en la sensación de pérdida de control debido al incremento de accesos digitales y plataformas cloud, así como la incapacidad de mantener el perímetro de securización actualizado. “Además de las medidas técnicas, es fundamental hacer una labor de concienciación con todos los empleados de la empresa para que conozcan y sean capaces de identificar acciones maliciosas como un ataque de phishing o ransomware, y fomentar ese awareness para garantizar esos puntos de acceso es esencial”, señaló Julio Prats.
En este sentido, el CEO de S21sec puso de manifiesto cómo el cibercrimen se ha industrializado, perfeccionando sus técnicas y ampliando el rango de ataque: “Antes, los activos estaban muy ligados a los financieros; ahora, el valor del dato ha aumentado de manera exponencial. Hoy en día, un ataque que paralice la continuidad del negocio puede ocasionar mayores pérdidas que aquel que solo afecta a los activos financieros. Además, hay que tener en cuenta daños colaterales no tan evidentes como el reputacional, donde cualquier ataque puede repercutir en la imagen de la empresa poniendo en duda su fiabilidad, así como la importancia del incumplimiento legal del GDPR al que la empresa se enfrenta si un ataque expone de forma indirecta información sobre sus clientes o stakeholders”.
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