La calidad es un concepto que toda empresa persigue para mejorar su funcionamiento y conseguir mejores resultados. Por eso, TÜV Rheinland explica los retos que toda compañía debe seguir en su estrategia, adaptando el entorno digital y las nuevas herramientas tecnológicas para conseguir satisfacer e involucrar al cliente.
Desde 1990, el 8 de noviembre se celebra el “Día Mundial de la Calidad”, una fecha que la ONU promulgó con el objetivo de aumentar la concienciación mundial de la importante contribución al crecimiento, prosperidad y sostenibilidad que confiere la calidad en una organización.
El concepto de calidad ha cambiado a lo largo de estos años, al igual que la sociedad. La introducción de nuevas herramientas tecnológicas -como el Big Data, la Inteligencia Artificial o el BlockChain- ha moldeado un escenario en el que ya no vale con escuchar lo que pide el mercado y limitarse a conseguir la satisfacción del cliente. Ahora los consumidores disponen de más información que nunca y, sobre todo, están más involucrados en los desarrollos productivos de las organizaciones.
Además, la conectividad, el tratamiento y el análisis de datos, propios de esta era de calidad 4.0, están potenciando los procesos de fabricación tradicionales. Así, gracias a la digitalización, se puede realizar cualquier tipo de pruebas de calidad en un momento determinado de la producción, reduciendo al mínimo el riesgo de elaborar materiales no conformes o fallidos.
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