Talleres Dorri es una pequeña empresa familiar fue fundada en 1971 por José Luis Etxarri, dedicada al mecanizado de piezas medianas y pequeñas, series cortas, trabajos de cierta dificultad y destinadas a diferentes sectores de la industria. Desde su fundación su crecimiento ha sido constante hasta convertirse hoy en día en una empresa flexible, dinámica y capaz de satisfacer la demanda más exigente del sector. “Para ello, explica Ane Etxarri, hija del fundador y gerente de la empresa, contamos con unos medios productivos de última generación, unas nuevas instalaciones y un equipo humano especialmente preparado. Todos estos factores nos proporcionan los cimientos para que seamos una empresa moderna y competitiva. Contamos con tornos de control numérico, fresadoras CNC, centros de mecanizado y centros de torneado. Un equipo de personas que hacen que seamos una pequeña familia, también”.
En constante evolución
Pero como ha ocurrido con muchas pymes del mecanizado en nuestro país, no todo fue un camino de rosas: “Los principios fueron duros – recuerda Ane Etxarri -porque mi padre se trasladó en 1987 a una nueva ubicación en el polígono de Alegi con unos 500 metros cuadrados, y cuatro trabajadores. Con esos mimbres se hacían piezas difíciles con medios convencionales, piezas unitarias y pequeños montajes complejos principalmente, para el sector papelero e hidráulico. Para asegurar la competitividad de la empresa, en 1995 se invirtió en tornos de control numérico japoneses y pasamos de una mecanización convencional al control numérico, para realizar series cortas. En 1998, siguiendo en esta línea compramos una fresadora de control numérico, y un centro de mecanizado Mazak en el año 2000. Veíamos que necesitábamos un centro de mecanizado con unas especificaciones muy exigentes y Mazak cumplía todas. Entonces nos familiarizamos con el control Mazatrol, nos gustó mucho y años tras año, hemos continuado invirtiendo en maquinaria. En el 2006 nos trasladamos al polígono de Apatta en Ibarra, de 1.000 metros cuadrados con casi toda la maquinaria que teníamos en Alegi, lo que supuso una gran inversión: tanto en inmovilizado, como en equipamiento de instalaciones. Fue un salto muy importante para la empresa”.
En cuanto a las piezas “ahora realizamos mecanizaciones como carcasas, cajas reductoras, cajas de motores, cojinetes de bronce, y montajes especiales. El contexto nos ha hecho evolucionar: hacíamos un tipo de pieza que desapareció con la crisis y nos hemos tenido que buscar la vida de alguna manera, la pieza que ha quedado fue la mediana, más complicada. Dejamos de hacer una pieza, donde primaba el precio y no la calidad. El traslado a un pabellón más grande, nos permitió una mejor organización y poder realizar proyectos de montajes más grandes. Por lo que, podíamos almacenar más material en proceso y así cumplir con las necesidades de nuestros clientes”.
Por otro lado, realizamos mecanizados con materiales especiales, desde el bronce al aluminio, y el estaño. Con este tipo de materiales especiales, una vez realizada la fase del mecanizado llevamos a medir la pieza en tridimensional, para ver las oscilaciones en tolerancias, óvalos y demás, con los valores contrastados, modificamos la pieza o mantenemos o modificamos las condiciones de trabajo”.
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