Cortar un pequeño agujero con una fresa CoroMill Plura® HD de Sandvik Coromant ayudó a la empresa estadounidense de equipos odontológicos A-dec a alargar un 253% la vida útil de sus herramientas.
De lo pequeño nace lo grande
“De lo pequeño nace lo grande”; este sencillo principio se palpa en el campus de 20 hectáreas de la empresa estadounidense A-dec. Por ejemplo, entre los 16 edificios modernos que componen la sede corporativa en Newberg, en Oregón, todavía se encuentra el humilde barracón Quonset del Ejército, donde se fundó la empresa en 1964. Hoy, A-dec es un proveedor mundial de equipos para clínicas dentales.
Otra cosa pequeña que hace un tiempo se convirtió en algo grande en A-dec, que fabrica en sus propias instalaciones casi todos sus productos, tiene que ver con un acoplamiento de fundición en el que se aloja una articulación de sus populares lámparas dentales. Esta articulación permite a los dentistas mover la lámpara a cualquier posición por encima o al lado del paciente. Sin embargo, cortar el hueco para el tornillo que sujeta el acoplamiento destroza las fresas de planear de metal duro integral.
Hasta hace un tiempo, las fresas solo llegaban a cortar 20 o 30 piezas antes de fallar. Como explica Justin Kirkbride, un operador CNC con 16 años de experiencia en A-dec: “Nuestras máquinas trabajan con los materiales más agresivos que existen: fundición, acero grueso. A menudo, las fresas se parten a la altura de la pinza, rayando el interior de la misma, lo que obliga a cambiar esa pieza también. Es una reparación laboriosa y muy cara”.
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