Fundada en el año 1951, de capital 100% español y con centros productivos también en Hungría, EEUU y China, AMES es uno de los líderes mundiales en la fabricación de componentes sinterizados en grandes series.
Entre su parque de maquinaria cuenta con vibradores de diferentes tamaños en los que realiza, una vez fabricada la pieza, diversas operaciones de acabado superficial (desbarbado, pulido, etc.).
La importancia del revestimiento
Uno de los elementos de mayor desgaste de estos vibradores es el revestimiento interno que, en contacto constante con las piezas y el abrasivo, se erosiona paulatinamente. Por ello, periódicamente, debe restaurarse dicho revestimiento de poliuretano, con el fin de evitar que se produzcan daños mecánicos en la propia cuba del vibrador.
El revestimiento puede llevarse a cabo mediante diversos procesos, pero la durabilidad del mismo puede variar notablemente dependiendo del método aplicado y de su calidad.
El proceso de Rösler para renovar revestimientos en sus vibradores incluye una preparación previa, fundamental para garantizar una posterior aplicación eficaz del material del revestimiento propiamente dicho. Es de la mayor importancia asegurar la total eliminación del revestimiento anterior y reacondicionar adecuadamente la superficie interior de la cuba para que el nuevo revestimiento se adhiera apropiadamente.
En primer lugar, Rösler realiza una pirólisis del poliuretano antiguo en horno de atmósfera controlada durante 24 horas; de esta manera desaparece cualquier resto del mismo. A continuación, se granalla la cuba, que de este modo queda dispuesta para el proceso de recubrimiento.
El recubrimiento se aplica siguiendo los mismos altos estándares de calidad que Rösler utiliza en su fabricación habitual.
Resultado conseguido
Jorge Español, jefe de Mantenimiento de AMES Tamarite, es muy consciente de la importancia de un buen recubrimiento en sus vibradores: “En el pasado llevamos a cabo revestimientos con otros proveedores, principalmente por la aparente mejora económica y logística. No obstante, pudimos constatar que, en la práctica, la vida útil del revestimiento quedó notablemente por debajo de lo esperado y los gastos e interferencias con la producción resultantes superaron con creces el ahorro esperado. En cambio, tras realizar de nuevo los revestimientos con Rösler, la superior durabilidad y fiabilidad conseguidas en la producción compensan ampliamente el valor de la inversión en ese concepto.
Sin duda, complementar esta práctica con las recomendaciones de Rösler en cuanto a un seguimiento preventivo del espesor del recubrimiento contribuye al mantenimiento de los vibradores en el mejor estado operativo posible.
El resultado buscado y conseguido con este servicio, es minimizar los tiempos de parada y mermas en la producción“.