Las crisis revelan debilidades. La pandemia de coronavirus ha resaltado el valor de la fabricación y la logística conectada. El Internet of Things (IoT) ayuda a las empresas industriales a reaccionar a las interrupciones de manera más flexible que antes, ya que la utilización y el estado de cada máquina individual se puede rastrear en tiempo real y hay transparencia a lo largo de la cadena de suministro. “Especialmente en tiempos excepcionales, como la crisis actual, la conectividad permite que las empresas sean menos vulnerables y les ayuda a mantener el equilibrio”, declara Rolf Najork, miembro del Consejo de Administración de Bosch y responsable del área empresarial Industrial Technology.
Por ejemplo, donde el riesgo de infección hace que la proximidad física sea un desafío, los cambios de turno se pueden manejar digitalmente. La digitalización permite la monitorización remota y el mantenimiento de sistemas y máquinas sin necesidad de un técnico en el sitio. El software inteligente puede rastrear productos y entregas, y garantizar la reposición desde cualquier lugar. Todo esto es posible gracias a la Industria 4.0. Las soluciones conectadas ayudarán a que la fabricación y la logística sean más simples, más eficientes, más flexibles y también más robustas.
Bosch es un pionero del IoT. La compañía comenzó a incorporar conectividad a la fabricación y la logística en 2012, tanto en sus propias plantas como en las de sus clientes. Esto está dando sus frutos: en 2019, Bosch generó ventas superiores a 750 millones de euros con soluciones conectadas para la fabricación y la logística, un aumento del 25% respecto al año anterior.
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