“La multifunción, la producción y la eficiencia son excelentes conceptos de mecanizado”, afirmó la programadora informática y escritora estadounidense Ellen Ullman: “Pero, ¿son realmente principios que alimentan el pensamiento y la imaginación humana?”. La respuesta es sí para los talleres de maquinaria, que se están diversificando en nuevas áreas de productos para volverse más resilientes, pero, al hacerlo, deben hacer frente a una gama más amplia de materiales tenaces. Aquí, Gaetano Massimo Pittalà, ingeniero principal de I+D en la unidad de negocio de herramientas rotativas de metal duro de Sandvik Coromant, explica cómo sus fresas de ranurar de metal duro integral CoroMill® Dura pueden ayudar a los fabricantes a diversificarse con una producción y eficiencia óptimas.
Según McKinsey & Company, “la crisis del COVID-19, los efectos económicos posteriores a la pandemia y el actual conflicto en Ucrania han puesto de manifiesto las vulnerabilidades de las actuales cadenas de suministro mundiales”. Para ganar resiliencia en esta época de incertidumbre, los fabricantes se están diversificando para sobrevivir. Por ejemplo, un cliente de Sandvik Coromant en EEUU se ha diversificado de la ingeniería general a otros sectores como el aeroespacial, la defensa y el médico, hasta el punto de que ningún cliente o sector representa más del 25% de su negocio total.
En casos como este, la diversificación implica fabricar piezas nuevas y desconocidas hasta ahora con tolerancias estrechas. Pero los retos no acaban allí. Según otro informe de McKinsey & Company, “entregar los productos a tiempo, con buena calidad y al menor coste, ya no es suficiente”. El informe continúa diciendo que “las organizaciones necesitan ahora redes que tengan la resiliencia para aguantar reveses y la agilidad para responder a clientes exigentes y a mercados que cambian rápidamente”, y deben conseguirlo con “sostenibilidad medioambiental y social”.
Sin embargo, la diversificación también implica el mecanizado de una gama más amplia de materiales difíciles de mecanizar, como el aluminio, el titanio y el Inconel. ¿Cómo pueden los talleres de maquinaria superar estos retos y, al mismo tiempo, alcanzar los objetivos planteados en el informe de McKinsey and Company? La respuesta reside en mejores herramientas, junto a máquinas-herramienta.
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