Comer fuera de casa es cada vez más habitual y, al mismo tiempo, falta personal que quiera trabajar en el sector de la restauración. Con su cocina robótica autónoma (ARK), la startup canadiense RoboEatz ha encontrado la solución para este problema. En una pequeña área de cocina exclusiva, un robot prepara una amplia gama de platos fríos y calientes, en el menor tiempo posible y con una calidad constante. La célula puede elaborar hasta 70 platos en una hora, limpiarse y rellenar un total de 50 recipientes de ingredientes con contenidos sólidos y líquidos. Tras construir varios prototipos y realizar ensayos durante dos años, RoboEatz pasa ahora a la producción en serie.
Soluciones aptas para el contacto con alimentos
Esta aplicación requería cadenas portacables, cojinetes y componentes de accionamiento libres de lubricación aptos para el contacto con alimentos. También se requería una larga vida útil con ahorro de costes y el uso de piezas de serie con cortos plazos de entrega. Para los fundadores de RoboEatz, también era importante trabajar con el menor número posible de proveedores internacionales.
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