Las lagartijas se deshacen de su rabo para distraer a los depredadores y luego vuelve a crecer. Cuando una tarántula pierde sus patas, está genéticamente dispuesta para hacer crecer una nueva. En comparación con estos animales, la capacidad regenerativa de los humanos es bastante limitada. Los huesos rotos, la piel y los tejidos dañados pueden curarse, pero cuando se trata de perder partes y funciones en todo el cuerpo, el organismo humano no puede curarse a sí mismo.
Cuando los órganos fallan, el paciente siempre requiere un trasplante de un donante para garantizar la supervivencia. Sin embargo, ¿qué sucede cuando no hay disponible un órgano donante adecuado? Investigadores de todo el mundo están trabajando en el desarrollo de órganos artificiales y prótesis que mejorarán la calidad de vida de los pacientes. Su desarrollo se basa en materiales funcionales de alto rendimiento que no son rechazados por el organismo humano. Muchos materiales poliméricos tienen las propiedades adecuadas para fines médicos.
Versatilidad en la aplicación
Los plásticos se han establecido como material médico durante mucho tiempo, no solo en la fabricación de dentaduras postizas. Las lentes hechas de vidrio acrílico revolucionaron la oftalmología y las córneas artificiales ahora están hechas de plástico. El uso de cánulas de plástico, bolsas de infusión y sangre o jeringas desechables ha minimizado el riesgo de infección. Las válvulas cardíacas artificiales, las articulaciones artificiales y los vasos sanguíneos, así como muchos otros implantes, también están hechos de plástico.
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