Las empresas de semiconductores se encuentran en la cúspide de una década de oportunidades, pero el éxito se basará en la capacidad de atraer y retener a los mejores y más brillantes profesionales.
McKinsey & Company informa de que el mercado mundial de semiconductores creció con fuerza en 2021, con un incremento de los ingresos del 20%, hasta los 590 000 millones de dólares estadounidenses. Se prevé que ese rendimiento continúe, con un crecimiento del 6% al 8% (CAGR) hasta 2030, impulsado por las megatendencias, incluyendo el trabajo remoto y un uso más amplio de la IA, la expansión del 5G y la creciente demanda de vehículos eléctricos (EV). Un desafío importante para esta visión es el suministro de chips, ya que la pandemia de COVID-19 demuestra que los cuellos de botella pueden provocar una interrupción significativa.
Los fabricantes de semiconductores deben adquirir las habilidades necesarias para poner a trabajar el capital prometido. Están trabajando en tres frentes: adquisición de talento, retención y salud organizacional, lo que presenta una amenaza significativa para la eficacia de los miles de millones de dólares que se han apostado por el futuro del sector. En respuesta, las empresas deben controlar estratégicamente el reto y crear ofertas profesionales al menos tan atractivas como las de los gigantes tecnológicos. En resumen, deben tomar decisiones audaces que aseguren que los mejores y más brillantes profesionales se comprometan a largo plazo.
El camino a seguir
Para abordar los retos sobre el talento en la industria de los semiconductores, se requiere nada menos que una transformación holística e integral del talento. Sin embargo, muchos líderes empresariales perciben la dimensión de dicha tarea como demasiado abrumadora y los beneficios demasiado inciertos, al menos a corto plazo. Además, dada la urgencia del problema, quieren hacer algo hoy que dé resultados ya mañana.
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