El mayor fabricante de automóviles del mundo se prepara para el futuro. En los próximos años, Volkswagen apostará fuerte por la electromovilidad, un cambio de paradigma en el que la fábrica de Zwickau (Alemania) desempeñará un papel clave. El modelo ID.3 supone el punto de partida para la nueva flota eléctrica. Los expertos en plegado de Bystronic acompañan al gigante automovilístico en esta fase embrionaria.
En la industria automovilística, el secretismo está a la orden del día, y el nuevo rumbo que ha tomado Volkswagen con respecto a la electromovilidad no iba a ser una excepción. Aunque, cuando la mismísima Angela Merkel se encarga de inaugurar la producción del nuevo ID.3, todo adquiere un halo de oficialidad. Esto es lo que sucedió el pasado mes de noviembre en la localidad sajona de Zwickau, donde se pusieron en marcha las líneas de producción del que quizás sea el proyecto automovilístico más ambicioso del momento.
El ID.3 es más que una novedad en el mercado: este modelo representa el futuro de VW y, además, está llamado a iniciar una nueva época. La empresa alemana se ha marcado como objetivo convertirse en el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo. Toda una declaración de intenciones. Con una inversión que asciende a los 1.200 millones de euros, VW busca convertir la planta de Zwickau en la principal fábrica de electromovilidad de Europa: está previsto que, para 2021, se fabriquen alrededor de 300.000 vehículos eléctricos en dichas instalaciones.
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Hasta ahora, las ventas de vehículos eléctricos han experimentado un tímido crecimiento.
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