En el proceso de rectificado, la temperatura alcanzada por la pieza es un factor decisivo, dado que la mayor parte de la energía necesaria se convierte en calor y las consecuencias del daño térmico son, entre otras, cambios de fase y tensiones residuales. De ahí la importancia de conocer la distribución de calor a lo largo de la longitud de corte, con el propósito de poder prever con precisión el daño térmico local y poder así establecer condiciones límite para evitarlo. En este proceso, el uso adecuado de refrigerantes y lubricantes juega un papel clave para alcanzar una refrigeración y lubricación favorables, a la vez que se genera una eliminación de material eficiente y una protección efectiva contra la corrosión. En la actualidad, además del propio coste de estos materiales, refrigerantes y lubricantes, también se deben tener en consideración otros factores, como la eliminación del fluido, las medidas de seguridad o el reciclado, siendo hoy en día obligatorio el uso de equipos de filtrado, los cuales suelen tener un alto coste y ocupan un espacio considerable en planta.
Con el fin de contribuir a la mejora de este proceso, CEIT cuenta con un “difractómetro de rayos X” para la medida de texturas cristalográficas y tensiones residuales, siendo esta última una de las principales consecuencias del daño térmico. Este equipo se utiliza tanto para la identificación y cuantificación de fases como para la medida de tensiones residuales de texturas cristalográficas y de análisis de fases en películas delgadas mediante ángulo rasante en muchos tipos de materiales (metales, cerámicos) y películas delgadas.
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