La empresa Monnin SA, con sede en Sonceboz, en pleno corazón del Arco del Jura suizo, donde la industria está orientada tradicionalmente hacia la alta precisión, fabrica desde 1946 una amplia gama de piezas pequeñas torneadas para las industrias relojera y de microtecnología.
En el transcurso de sus 75 años de actividad, Monnin ha experimentado un desarrollo muy positivo y sigue en esta línea, con la construcción de nuevas instalaciones en su sede con motivo de la celebración del 75º aniversario; una evolución positiva marcada por la adquisición de máquinas Tornos, instrumentos indispensables especialmente para la producción de tornillos a gran escala. Para la fabricación de piezas más complejas, su nuevo segmento, Monnin ha confiado de nuevo en Tornos, ya que las máquinas Tornos le permiten fabricar cada uno de los componentes de movimiento de los relojes.
Confrontada con un entorno en constante evolución técnica, Monnin ha fomentado el factor humano y puede beneficiarse de una mano de obra altamente especializada capaz de realizar los trabajos más exigentes en su campo de actividad. Así, Monnin ha puesto a las personas en el centro de todos sus procesos. No obstante, este enfoque tan humanista no impide que la empresa se fije objetivos ambiciosos y se esfuerce por lograrlos.
“En Monnin somos capaces de producir todos los componentes del movimiento de los relojes. Los componentes que fabricamos a gran escala son principalmente tornillos de gama alta. Además, ofrecemos otros productos acabados, como piñones o varillas para coronas. Otras piezas complejas fabricadas a medida para nuestros clientes representan también una parte importante de nuestras actividades. Esto incluye componentes como cojinetes de bolas, amortiguadores o barriletes”, explica Loïc Affolter, Production Projects Manager de Monnin.
Para realizar estos productos, Monnin ha confiado durante muchos años en Tornos, como explica David Vedelago, responsable de I+D de Monnin: “Empecé como aprendiz en Monnin trabajando en máquinas de levas de Tornos. Desde el principio sentí fascinación por la precisión y el enorme abanico de posibilidades que ofrecen estas máquinas. De hecho, después de decidirse por Tornos, Monnin permaneció fiel a su elección. En aquellos días, los dos talleres estaban repletos de máquinas Tornos. ¡Algunas incluso se instalaron en el sótano! Sin embargo, la situación cambió con la llegada de la tecnología CNC. ¡Con la DECO 10 y su versatilidad sensacional, las posibilidades parecían ser infinitas!”.
Basta con visitar los talleres de Monnin para convencerse: 26 máquinas DECO 10 siguen en uso y garantizan una producción rápida y esmerada de alta gama que satisface los requisitos de los tres accionistas y mandatarios de Monnin: Rolex, Richemont y Patek Philippe, que adquirieron la empresa de manos de Jean-Charles Monnin en 2001. Con el fin de responder aún mejor a las demandas de un mercado en constante evolución, Monnin ha adquirido en los últimos años 46 máquinas SwissNano 4. Y la empresa no va a detenerse en su camino hacia el éxito, ya que el verano pasado realizó un pedido de dos SwissNano adicionales, que serán las primeras de la nueva generación de la serie. Además, la empresa recibirá pronto su primera SwissNano 7.
El mayor parque de máquinas SwissNano del mundo
Monnin SA posee el mayor parque de máquinas SwissNano del mundo. Este tipo de máquina se eligió por su reducida demanda de espacio. Cuando la empresa se planteó cambiar las máquinas de levas, encontró la sustituta ideal en la SwissNano, ya que tenía el mismo tamaño que la máquina de levas. Esta máquina, una joya de la precisión, con su cinemática singular y su accesibilidad legendaria, es flexible y versátil y puede operarse tanto con como sin cañón guía. Gracias a su cinemática, concebida especialmente para mecanizar piezas pequeñas que requieren un elevado nivel de precisión, la SwissNano es capaz de realizar 2/3 de las piezas que forman los componentes del movimiento de los relojes, desde piezas simples hasta componentes muy complejos, y de lograr acabados superficiales excelentes. El proceso de mecanizado incluye, por ejemplo, ciclos de tallado de engranajes en la misma máquina. Sin embargo, la máquina no solo es adecuada para el sector de la relojería, sino también para todo tipo de piezas que requieran la máxima calidad y precisión. La estructura cinemática se ha concebido para lograr un equilibrio y una gestión térmica excelentes, permitiendo alcanzar rápidamente la temperatura operativa.
“Nuestro objetivo no es solo ofrecer piezas simples, sino soluciones completas para el movimiento de los relojes”, continúa Loïc Affolter. “Por este motivo, estamos intentando racionalizar los tipos de piezas al máximo. Monnin ofrece una amplia gama de productos fabricados a gran escala. No obstante, seguimos siendo proactivos. Este principio está impulsado por nuestro director, quien tiene una visión a largo plazo y hace previsiones a 4 o 5 años vista según las demandas de nuestros accionistas. De este modo, nos encaminamos hacia la producción de piezas más complejas con nuestras máquinas DECO y EvoDECO, mediante procesos de mecanizado como el tallado de engranajes o el fresado. Realizamos piezas pequeñas completamente acabadas, como tambores de barrilete o coronas”.
De hecho, ya hemos logrado gestionar la producción de tornillos y patas de tornillo desde hace mucho tiempo. El desafío radica en ser capaz de producir componentes de gran complejidad a gran escala. En los últimos años, Monnin ha experimentado un gran desarrollo a nivel de planificación de la producción. Cada día, varias personas se ocupan de la homologación y la revalidación de los procesos de operación.
Las personas, en el centro de todos los procesos de Monin
Si bien es cierto que Monnin está respaldada por un impresionante parque de maquinaria para lograr los resultados fijados, la empresa cuenta sobre todo con sus empleados y realiza grandes inversiones en los recursos humanos empleados. “Monnin ha puesto a las personas en el centro de todos sus procesos”, confiesa Loïc Affolter. “La inversión en el futuro también es importante para nosotros, por lo que empleamos a aprendices, ofrecemos formación y damos tanta importancia a las competencias sociales como a las profesionales. Nuestros empleados valoran nuestro compromiso. Ello se refleja en el hecho de que pocos abandonan la empresa para trabajar en otro lugar. La ampliación de nuestras instalaciones, prevista para 2022, nos permitirá adquirir más maquinaria, es verdad; pero también ofrecerá más espacio a nuestros empleados, incorporando zonas de descanso y restauración. Otro hecho importante para la región: prevemos contratar a más empleados para ampliar nuestra plantilla”.
Aquí, los valores corporativos no son promesas vacías, sino que representan puntos de referencia para el trabajo bien hecho. Esta empresa “condenada al éxito”, bromea Loïc Affolter, apuesta por la comunicación, la ayuda mutua y la empatía para lograr sus objetivos; una receta que parece funcionar a las mil maravillas. Al fin y al cabo, Monnin ha logrado reconocimiento y reputación en el sector como excelente contratista para componentes del movimiento de los relojes. La empresa ha alcanzado este prestigio por haber demostrado una gran fuerza y capacidad para abordar múltiples desafíos. “En efecto, Valéry y Gérald Monnin estarían muy orgullosos del desarrollo de la pequeña empresa familiar que fundaron en 1946”, concluye Tornos.