El acelerado calentamiento global evidencia la necesidad de un cambio radical de la sociedad actual hacia una economía mundial que opere dentro de los límites planetarios. Esto implica, entre otras cuestiones, una descarbonización rápida y profunda con todas las actividades basadas, en última instancia, en energías renovables. Para abordar la naturaleza intrínsecamente variable de las fuentes de energía renovables, la integración de dispositivos de almacenamiento de energía, en particular baterías, se considera un factor clave que permite almacenar electricidad para su uso en función de la demanda en áreas que tradicionalmente han funcionado con energía fósil. Éstas incluyen un amplio conjunto de servicios de movilidad y conectados a la red y, posiblemente, nuevos campos de aplicación, como los drones y la robótica. Se han recogido informaciones sobre “Mobility and Future Trends” del libro “Emerging Battery Technologies to Boost the Clean.
En el capítulo sobre “Movilidad y tendencias futuras”, Seyed Mahdi Miraftabzadeh, Michela Longo y Federica Foiadelli, del Departamento de Energía del Politecnico di Milano de Milán (Italia), señalan a la industria de la movilidad como uno de los sectores que están experimentando transformaciones fundamentales y detallan las tendencias específicas que se prevén en un futuro próximo y el papel que desempeñan las baterías en ellas. Éstas incluyen no sólo la electrificación de los vehículos, sino también aspectos sobre vehículos inteligentes, interconexiones y la infraestructura de carga.
Introducción
El mundo está cambiando rápidamente y la industria del transporte y de la movilidad no es una excepción. La movilidad, una parte fundamental de la sociedad moderna, ayuda a las personas a acceder a empleos, educación, atención médica y otros destinos. Ha habido un cambio significativo en la forma de pensar en relación a la movilidad, con un creciente énfasis en la sostenibilidad y la necesidad de reducir las consecuencias medioambientales del transporte. La movilidad es un aspecto esencial de la sociedad moderna, que abarca todo, desde el transporte personal, hasta el transporte público, la logística y la infraestructura. Con los rápidos desarrollos tecnológicos, la movilidad está experimentando una transformación significativa, con el surgimiento de nuevas tecnologías y servicios que tienen el potencial de revolucionar la forma en la que nos movemos. La movilidad ha experimentado un gran desarrollo en las últimas décadas y vale la pena prestar atención a las nuevas tendencias de los últimos años.
Uno de los avances y tendencias más importantes en movilidad es la transición hacia vehículos eléctricos (EV) desde vehículos con motor de combustión interna. Los vehículos eléctricos funcionan con baterías, en lugar de con combustibles fósiles, y no generan emisiones mientras están en funcionamiento. Por tanto, los vehículos eléctricos son opciones más sostenibles en comparación con los vehículos tradicionales propulsados por combustible. Además, la reducción de los costes de las baterías y los desarrollos en infraestructura de carga hacen de los vehículos eléctricos una opción más razonable para todo el mundo.
Además, otra tendencia en movilidad es el aumento de los servicios de viajes compartidos como Uber y Lyft, que permiten a las personas solicitar un viaje desde sus smartphones y pagarlo a través de la app, lo que hace que el transporte sea más accesible y cómodo para muchas personas, especialmente en las áreas urbanas, donde el transporte público puede no estar tan bien desarrollado. Sin embargo, la comodidad de compartir viajes tiene un coste, ya que estos servicios han sido criticados por exacerbar la congestión del tráfico y la contaminación del aire. Además, el aumento de los viajes compartidos ha provocado una reducción del transporte público y de la propiedad de automóviles personales, lo que puede afectar negativamente al medio ambiente y la economía. Además, la situación laboral de los conductores de viajes compartidos también ha sido un tema de debate, ya que algunas personas argumentan que deberían clasificarse como empleados, en lugar de como autónomos. Pese a estos desafíos, el transporte compartido continúa ganando popularidad y se prevé que tenga un impacto significativo en el futuro del transporte.
Hacia la electrificación de la movilidad
La electrificación desempeñará un papel fundamental en la transformación de la industria del transporte y de la movilidad y ha brindado importantes oportunidades en los últimos años, incluyendo la reducción de las emisiones de CO2 y del impacto medioambiental del transporte. En líneas generales, la electrificación de la movilidad se refiere al uso de energía eléctrica para el transporte, como vehículos eléctricos, bicicletas eléctricas y scooters eléctricos. La transición hacia la movilidad eléctrica ha ido en aumento en los últimos años; sin embargo, tal como se presenta en la Figura 1, varios factores favorecen dicha transición.
Los factores que refuerzan la electrificación de la movilidad son los siguientes:
- Políticas públicas e incentivos: Muchos países han implementado políticas e incentivos para fomentar la adopción de vehículos eléctricos, como exenciones fiscales, subvenciones y subsidios.
- Avances en tecnología: Los nuevos desarrollos y mejoras en la tecnología de baterías han conducido a la reducción de los costes de las baterías. Además, la introducción de nuevos módulos de carga rápida y ultrarrápida ha abordado el problema de la llamada “ansiedad de autonomía” de los nuevos clientes de movilidad eléctrica. Por tanto, los vehículos eléctricos son una opción más razonable y asequible para un rango más amplio de clientes.
- Creciente demanda de los consumidores: El sector del transporte es uno de los principales actores responsables de las emisiones climáticas. A medida que aumenta la preocupación sobre el cambio climático, también más personas se han dado cuenta del negativo impacto medioambiental del transporte. Por ello, cada vez más consumidores eligen la movilidad eléctrica, especialmente los vehículos eléctricos, que son considerados una alternativa sostenible frente a los tradicionales.
- Aumento de la infraestructura de carga: Gobiernos y empresas privadas están invirtiendo en el desarrollo y la expansión de estaciones de carga, tanto en lugares residenciales como públicos, para sostener el crecimiento de la movilidad eléctrica. Estas inversiones han dado como resultado la implantación de más estaciones de carga en ciudades y carreteras de muchos países.
Las organismos públicos y las organizaciones industriales continuarán trabajando juntas para promover una mayor electrificación de la movilidad en diferentes áreas. Es necesario ampliar la disponibilidad de infraestructuras de carga para ofrecer más comodidad a los consumidores a la hora de cargar sus vehículos eléctricos también fuera de sus hogares. La mejora en la autonomía y el rendimiento de los vehículos eléctricos reduce las preocupaciones de los consumidores en relación a los viajes de larga distancia con vehículos eléctricos. El desarrollo de una estrategia exhaustiva para la gestión de baterías al final de su vida útil minimiza el impacto medioambiental de las baterías de los vehículos eléctricos. Por último, es necesario actualizar constantemente las dudas de los clientes en relación al coste, los avances recientes en el rendimiento de los vehículos eléctricos y la sostenibilidad de la movilidad eléctrica.
Movilidad eléctrica y tendencias futuras
La movilidad eléctrica se refiere a cualquier medio de transporte (vehículos eléctricos, bicicletas eléctricas, patinetes eléctricos) que funcione con energía eléctrica. La movilidad eléctrica se considera una opción sostenible en comparación con los vehículos diésel y de gasolina convencionales, ya que no produce emisiones mientras está en funcionamiento y puede funcionar con fuentes de energía renovables (FER), como la energía eólica y solar, que reducen de manera significativa la huella de carbono del transporte.
La movilidad eléctrica es una solución prometedora de cara a reducir los contaminantes nocivos y las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte. Sin embargo, maximizar los beneficios medioambientales de la movilidad eléctrica depende de la fuente de energía eléctrica utilizada para cargar los vehículos, el proceso de fabricación de los vehículos eléctricos y la eliminación de la batería al final de su vida útil. Además, para lograr un transporte sin emisiones, se requieren más estrategias que exclusivamente la transición hacia la movilidad eléctrica, incluyendo la planificación urbana sostenible, el uso compartido de bicicletas y la ampliación de los sistemas de transporte público para reducir la dependencia general de los automóviles personales.
Una de las principales tendencias en movilidad eléctrica es la creciente adopción de vehículos eléctricos a medida que avanza la tecnología de baterías; el coste de las baterías se redujo de 1.000 dólares por kWh en 2010 a 227 dólares por kWh en 2016, y se prevé que sea inferior a 100 dólares por kWh en 2030. Como resultado de la reducción de los costes de las baterías, el número de vehículos eléctricos operativos en las carreteras se ha incrementado de manera significativa. Muchos países, como los europeos, se han fijado objetivos ambiciosos para sustituir los coches tradicionales por versiones eléctricas en los próximos años. Otra tendencia en movilidad eléctrica es el desarrollo de infraestructuras de carga. A medida que hay más vehículos eléctricos en funcionamiento, se vuelve cada vez más necesario contar con una infraestructura de carga confiable y cómoda. Muchas empresas públicas y privadas están invirtiendo en el desarrollo de estaciones de carga, tanto residenciales como públicas, para satisfacer las necesidades futuras de carga de movilidad eléctrica de forma ubicua.
Se prevé que en un futuro cercano haya mayores desarrollos en tecnología de movilidad eléctrica, como se resume en la Figura 2. Actualmente, los vehículos eléctricos tienen una autonomía de conducción limitada; sin embargo, dado que hay muchos avances en la tecnología y la capacidad de las baterías, se prevé que los vehículos eléctricos tengan en el futuro una autonomía de conducción más amplia.
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