Orbik Cybersecurity es una start-up del centro tecnológico vasco Ikerlan que, con la ayuda del Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Gipuzkoa, irrumpió a principios de 2023 en el mercado de la ciberseguridad industrial como empresa de referencia estatal centrada en ciberseguridad de producto electrónico y en ofrecer un sello externo de acreditación de acuerdo con las normas internacionales. Ahora, vuelve a ser pionera al convertirse en la primera start-up tecnológica que se transforma en cooperativa, erigiéndose en modelo de una nueva forma de emprendimiento tecnológico. Lo ha hecho en el marco de un acuerdo entre Mondragon (mediante su Centro de Promoción y de su División de Conocimiento) e Ikerlan, que aspira a movilizar más de 10 millones de euros en los próximos cuatro años para impulsar la transferencia al mercado de los activos tecnológicos del grupo, y con el apoyo del Gobierno Vasco a través del programa Basque Tek Ventures del grupo SPRI.
Siguiendo la hoja de ruta definida desde su creación y tras cerrar una ronda de financiación de 1,8 millones de euros, Orbik ha culminado su transformación en cooperativa recibiendo además un importante impulso para seguir creciendo en los próximos años.
El consejero de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno Vasco, Mikel Jauregi, el presidente de Mondragon, Pello Rodríguez, el director general de Ikerlan, Ion Etxeberria, y el director general de Orbik Cybersecurity, Salvador Trujillo, formalizaron el 20 de enero la transformación de la sociedad limitada en cooperativa durante un acto celebrado en la sede del centro tecnológico en Arrasate-Mondragon (Gipuzkoa).
Orbik, la primera de un nuevo ecosistema
Orbik Cybersecurity es la primera start-up cooperativa nacida en el seno de Mondragon, pero pronto le seguirán otras, porque la nueva cooperativa especializada en ciberseguridad industrial es la punta de lanza de un modelo pionero de empresas tecnológicas cooperativas que quieren impulsar Mondragon e Ikerlan. Para ello, ambas entidades han firmado un convenio de colaboración que aspira a movilizar más de 10 millones de euros en los próximos cuatro años para la creación de nuevas start-ups cooperativas en Euskadi. Se trata de una estrategia novedosa que pretende priorizar el arraigo al territorio, manteniendo la propiedad y la gestión, preservar el conocimiento que generan este tipo de empresas en nuestro entorno e impulsar la creación de empleo cooperativo de futuro en el país.
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