Un estudio reciente de OpenText descubrió que el 92% de los fabricantes consideran que la responsabilidad social corporativa (RSC) es importante para su reputación general en los mercados. Aunque el torneado de acero es, por su naturaleza, un proceso de producción caracterizado por los desechos, los fabricantes pueden mejorar su sostenibilidad sin comprometer la seguridad del proceso; incluso frente a los retos sin precedentes que ha planteado la COVID-19. Rolf Olofsson, Product Manager de Sandvik Coromant, explica el torneado de acero desde una nueva perspectiva.
Según los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ONU), los fabricantes deben minimizar su impacto medioambiental, además de ir un paso más allá en la optimización del uso energético. Aunque la RSC es importante para las empresas, Sandvik Coromant calcula que los fabricantes desechan en torno al 10% y el 30% de material en sus procesos de mecanizado, con una eficiencia de mecanizado habitual inferior al 50%, lo que comprende las fases de diseño, planificación y corte.
Entonces, ¿qué pueden hacer los fabricantes? Los objetivos de la ONU recomiendan dos estrategias principales, que tienen en cuenta factores como la población creciente, los recursos finitos y la economía lineal. La primera es enfrentarse a estos retos con la tecnología. Los fabricantes que buscan reducir sus desechos suelen encontrarse con conceptos de la Industria 4.0 -los sistemas ciberfísicos, el big data o el Internet de las Cosas (IoT)- como la solución para sus objetivos.
Sin embargo, esto deja de lado el hecho de que la mayoría de fabricantes aún deben aplicar máquinas modernas con capacidades digitales a sus operaciones de torneado de acero.
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