Cada vez son más las empresas que optan por mejorar el diseño de sus oficinas por una razón de salud y rendimiento; especialmente por medio de la presencia de elementos naturales como pueden ser plantas reales o incluso las zonas con notable luz natural. Todo ello ayuda a conformar un espacio biofílico que, según un estudio de Terrapin Bright Green LLC (2012), da la opción de reducir en un 10% el absentismo laboral.
Dicha publicación analizó el comportamiento de varias oficinas en EEUU. Y, a través de los datos sobre absentismo laboral de sus trabajadores, observó cómo, en función de las vistas que tenía cada oficina, había un porcentaje de bajas muy diferente. Aquellas oficinas con vistas a árboles, parques y zonas con vegetación tuvieron una media de 57 h de absentismo al año, mientras que las que no tenían vistas promediaron 68 h.
En total, la oficina vinculada con el diseño biofílico contó con un 10% menos de absentismo laboral en un año; algo que, traducido en cifras, supuso algo más de 2.000 dólares al año por empleado con un promedio de salario de 33 dólares por hora, según dicho estudio.
El diseño biofílico es, básicamente, integrar en el interior de las casas y oficinas aquellos elementos que nos trasladan a zonas naturales transmitiendo sensaciones características de un espacio de tranquilidad, alejado del estrés del trabajo o la ciudad. Como destaca Ana García, profesora de LCI Barcelona y arquitecta especialista en diseño de interiores, “esta tendencia no es complicada de aplicar y tampoco supone una gran apuesta económica, por lo que es probable que vaya en aumento en los próximos años”.
De esta manera, se consigue romper con el tradicional diseño de oficinas y hogares donde la estética muchas veces se ha visto absorbida por la sobriedad y el ahorro a la hora de invertir. Además, hay que destacar que hay estudios que vinculan una mejor productividad con un buen diseño. Según una encuesta de Leesman (2017) especializada en crear buenos ambientes laborales, un 57% de los trabajadores cree que el entorno afecta a su forma de trabajar.
Esta estrategia de diseño de interiores parte del objetivo de trasladar a la persona a un entorno natural, lejos de la mala iluminación y de los ambientes sobrios que acostumbra a haber en las oficinas. De igual manera, también puede romper la monotonía de los hogares agilizando la rutina de volver del trabajo para organizar la casa. Por medio de plantas, simples elementos decorativos y una distribución correcta, se logra disminuir el cortisol y escapar así del estrés.
Una de las claves está en emular lo máximo posible un ambiente natural. “Como seres biológicos, no hemos evolucionado tanto como el entorno que nos rodea, excesivamente artificial y tecnológico. Por eso nos sentimos atraídos por todos aquellos elementos que nos trasporten a tiempos remotos, cuando vivíamos rodeados de la naturaleza”, destaca la arquitecta y profesora de LCI.
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