Este modelo pretende alcanzar un enfoque holístico, sistemático, objetivo y riguroso, que huyendo del carácter prescriptivo y, desde una óptica de reflexión, permita la orientación acerca de las posibles dimensiones y coordenadas cognitivas a considerar dentro de las tres dimensiones de la responsabilidad corporativa: la responsabilidad económica, la responsabilidad social y la responsabilidad ambiental.
Y ello desde el convencimiento de que la responsabilidad corporativa y el carácter ético de la organización constituyen la mejor lente para poder interpretar óptimamente y en su verdadera dimensión la realidad y su entorno. Un enfoque desde la responsabilidad corporativa permite a la organización ser consciente del efecto que sus acciones provocan o pueden provocar en las diferentes esferas (económica, social y ambiental) de la responsabilidad corporativa; y sobre las diferentes partes interesadas.
Para las organizaciones orientadas hacia la mejora continua y la maximización del valor aportado a los grupos de interés, la responsabilidad corporativa, al igual que el lenguaje, constituye la arquitectura que articula los procesos lógicos de razonamiento y de decisión. La búsqueda de la excelencia de la organización es así la búsqueda de la excelencia de sus personas, y los valores son la brújula y el motor que la dirigen hacia dicha meta.
En aras a la búsqueda del carácter holístico y la exhaustividad, el modelo CR-MAP de responsabilidad corporativa plantea en muchos casos cuestiones que pueden parecer solapadas unas con otras. De esta forma, permite un análisis tridimensional de la responsabilidad corporativa.
Arquitectura del modelo CR-MAP de responsabilidad corporativa
El enfoque metodológico parte de la constatación del firme posicionamiento y alto nivel de consenso alcanzado por el modelo EFQM de la European Foundation for Quality Management en el entorno cultural europeo, como un referente estratégico y de gestión. El modelo EFQM ofrece una aproximación integral e integradora a las diferentes dimensiones más relevantes de la realidad de la organización, permitiendo establecer un enfoque y marco de referencia objetivo, riguroso y estructurado para el diagnóstico y la acción. Asimismo, dicho modelo posee un carácter actual, dinámico, en continuo cambio y adaptación, en línea con la evolución del pensamiento más avanzado en la gestión de las organizaciones.
El modelo EFQM proporciona una herramienta clave para lograr la coherencia al establecer las líneas de mejora continua hacia las cuales deben dirigirse los esfuerzos de la organización.
Nueve dimensiones
A partir de las hipótesis anteriores, la propuesta del modelo CR-MAP de responsabilidad corporativa se estructura en nueve dimensiones, coincidentes con los nueve criterios del modelo EFQM, por considerar que contemplan de forma holística los tres puntos cardinales de la responsabilidad corporativa. A su vez, dichas nueve dimensiones se han descompuesto en un número variable de coordenadas cognitivas básicas, que ha surgido del análisis y reflexión sistemática a partir de los subcriterios en que se descomponen los criterios del modelo EFQM.
Por último, a partir de las coordenadas cognitivas básicas, se han generado las áreas para la reflexión, a modo de preguntas orientativas y no prescriptivas, que permiten la evaluación de la situación de la organización.
El modelo CR-MAP parte de la consideración de la responsabilidad corporativa a través de sus tres ejes o puntos cardinales: la responsabilidad económica, la responsabilidad social y la responsabilidad ambiental.
Una organización dispondrá de un determinado nivel (alto, medio o bajo) de madurez o desarrollo de acuerdo a las coordenadas cognitivas que definen las tres mencionadas esferas de la responsabilidad corporativa. Los parámetros que permitirán definir el nivel de madurez se describen en el cuadro adjunto.
Cerrando la arquitectura del modelo propuesto y dotándole de movimiento, capacidad de innovación y actualización, entra en juego el concepto de ciclo de mejora continua, que permite la evaluación, revisión y mejora del enfoque y despliegue de los tres puntos cardinales de la responsabilidad corporativa.
Podría decirse que dicha capacidad de mejora continua es el elemento básico que permite que el modelo CR-MAP para la responsabilidad corporativa propuesto adquiera a partir de ahora “vida propia” y permita un enfoque siempre mejorable dentro de la organización, puesto que la excelencia es un camino y nunca un fin. Asimismo, la evaluación y revisión del enfoque y despliegue de la responsabilidad corporativa son fuente de generación de conocimiento y aprendizaje organizativo que permiten a la organización evolucionar y madurar, asimilando y estrechando cada vez más sus compromisos.
A partir de las mencionadas nueve dimensiones (ver figuras), el modelo plantea una serie de coordenadas cognitivas que permitirán la exploración cognitiva de cada una de dichas dimensiones.
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