El polilactido (PLA) sigue gozando de una creciente popularidad. Y un reto particular en el procesamiento es la cristalización y el secado. Como el PLA es un termoplástico higroscópico, absorbe fácilmente la humedad de la atmósfera. La presencia de incluso pequeñas cantidades de humedad hidroliza el biopolímero en la fase de fusión y reduce el peso molecular. Como resultado, las propiedades mecánicas del PLA disminuyen y la calidad del producto final se ve comprometida. Por lo tanto, el PLA debe secarse a fondo directamente antes del proceso de fusión. En muchos casos, el polímero reciclado también debe cristalizarse antes del secado. Con su tambor rotativo de infrarrojos (IRD), Kreyenborg -representada en España por Coscollola- ofrece una solución rápida, que ahorra energía y que respeta el producto.
El material de alimentación se introduce en primer lugar en el tambor rotativo mediante un sistema de dosificación volumétrica. A continuación, se introduce de forma rápida y directa calor en el núcleo del material mediante luz infrarroja. Esta energía calienta el material desde el interior y expulsa la humedad mediante un flujo de calor desde el interior hacia el exterior. El aire, cargado de humedad, se expulsa mediante un flujo constante de aire desde el interior del tambor.
Una espiral en movimiento continuo soldada al tambor giratorio garantiza un flujo de masa homogéneo con un tiempo de permanencia definido (principio de primera entrada/primera salida). Los elementos de mezcla integrados en las espirales, así como la rotación, garantizan la mezcla continua del material de alimentación. En el proceso, el material de la superficie se intercambia constantemente. Estos movimientos rotativos continuos evitan que el producto se bloquee y se agrupe. Con estas ventajas, se pueden conseguir tiempos de secado de solo 15 minutos.
En los secadores de aire caliente convencionales, el PLA previamente cristalizado puede secarse a solo 65-90 °C (150-190 °F) utilizando aire deshumidificado. En este caso, las temperaturas de secado más elevadas podrían provocar el ablandamiento y el bloqueo del polímero en el secador. Normalmente, esto da lugar a tiempos de secado de entre 2 y 8 h, mientras que las temperaturas de secado más bajas dan lugar a tiempos de secado aún más largos. El aporte de energía necesario para estos procesos convencionales es a veces considerable.
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