Cuando la única central con turbinas de gas y almacenamiento de aire comprimido de Europa entró en funcionamiento en Huntorf en 1978, el cambio hacia las energías renovables era impensable. Hoy, esta tecnología única podría convertirse en un importante pilar de la All Electric Society.
Como norma general, la carga de base generada por las grandes centrales eléctricas debe almacenarse por la noche, cuando la demanda es menor, y suministrarse durante el día, en las horas de mayor demanda. Esta era la tarea de la central de almacenamiento de aire comprimido Huntorf, construida en 1978. Además, el acumulador de aire comprimido tenía que suministrar energía de emergencia a las centrales eléctricas en caso de que se produjera un fallo en la red, ya que en tales situaciones también requerían asistencia para la puesta en marcha. Hoy, sin embargo, las tareas de la central eléctrica de Oldie son completamente nuevas.
Presión hacia el subsuelo
El término acumulador de aire comprimido nos puede hacer pensar, por ejemplo, en bombonas de aire comprimido, depósitos de presión de dimensiones manejables que conocemos del buceo o de los dispensadores de aire a presión de las gasolineras. Sin embargo, la escala en la que piensan los operadores de la central eléctrica de Huntorf poco tiene que ver son esas miniaturas. “Para crear estas cuevas, hubo que extraer dos domos de sal desde una profundidad de 650 a 800 m”, explica Philip Eiben. No es de extrañar que la Oficina Estatal de Minería, Energía y Geología (LBEG) de Baja Sajonia sea la responsable de la supervisión oficial de las cuevas de sal.
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