“Imagine una fábrica en la que no haga falta encender las luces, no porque no haya nadie, sino porque los sistemas automatizados trabajan las 24 h del día para mantener en funcionamiento las líneas de producción con una intervención humana mínima. Estos arreglos futuristas se hacen realidad con cada vez más rapidez, a medida que los cambios de herramienta sin contacto se hacen con el núcleo de las células de máquinas automatizadas”, plantea Sandvik Coromant. Peter Pettersson, especialista de productos de la empresa, desvela más detalles sobre la última innovación de la compañía en materia de cambio automático de herramientas.
El mecanizado automático representa un salto significativo en la fabricación, ya que las máquinas operan de forma independiente sin necesidad de supervisión humana. Estos sistemas, que funcionan gracias a la tecnología CNC, la robótica y el software de automatización, pueden funcionar de forma continua (en algunos casos, incluso 24 h al día, 7 días a la semana) para llevar a cabo con gran precisión tareas como torneado, corte, fresado y taladrado. Este enfoque aumenta la productividad, reduce los errores y permite un funcionamiento eficaz las 24 h del día.
Aunque muchos aún consideran el mecanizado automático como un enfoque futurista de la producción manufacturera, Sandvik Coromant comenzó a aprovechar sus ventajas ya en la década de los 80.
¡Sin manos!
Hace unos 40 años, el centro de producción de Sandvik Coromant en Gimo (Suecia) utilizaba una modalidad de cambio automático de herramienta (ATC) que facilitaba el cambio de máquinas-herramienta sin intervención humana. La solución se ofreció como producto a los clientes, con escasa popularidad; muchos no terminaban de entender cómo podía el ATC ayudarles a ahorrar tiempo en sus talleres de máquinas o a mejorar su productividad, por lo que la oferta acabó disolviéndose.
Unas décadas más tarde, Sandvik Coromant siguió viendo el valor allá donde otros no alcanzaban a ver. En esta ocasión, la empresa trabajó con un fabricante de maquinaria para desarrollar una segunda solución de ATC, que volvió a implantar en las instalaciones de producción de Gimo y que continúa funcionando en la actualidad en varias células de máquinas.
Con los métodos convencionales de gestión de herramientas, un torno podía funcionar sin intervención humana entre 4 y 8 h. Transcurrido ese tiempo, la herramienta llegaba al final de su vida útil y un operario tenía que dejar de hacer lo que estaba haciendo para cambiarla manualmente por una nueva. Con la solución ATC, las máquinas pueden funcionar hasta 16 h sin que un operario tenga que ocuparse de ellas.
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