En marzo de 2020, Francia no estaba preparada para la pandemia de COVID-19, con un suministro inadecuado de guantes, mascarillas y equipamiento vital para personas con dificultades respiratorias. Las empresas industriales de la región de Auvernia-Ródano-Alpes comenzaron a trabajar para crear urgentemente una reserva estatal de filtros necesarios para el funcionamiento de los ventiladores médicos. Su solución fue una célula automatizada que combinaba los robots SCARA TS2-60 y TX2-90 de 6 ejes de Stäubli, que se diseñó y fabricó en unas pocas semanas.
A comienzos de 2020, Hervé de Malliard, CEO de MGA Technologies, de Civrieux d'Azergue (Ródano), observó las primeras señales de la crisis de COVID-19. Como presidente del Comité de Auvernia-Ródano-Alpes de Asesores de Comercio Exterior de Francia, anticipó que habría escasez de equipamiento médico y se puso en contacto con las autoridades sanitarias.
“Los hospitales franceses solo tenían 5.000 ventiladores disponibles. Con las capacidades de producción mundiales saturadas y todas las existencias disponibles ya agotadas, no había tiempo que perder para salvar vidas”, explicó Hervé de Malliard. “MGA compiló una lista de 62 fabricantes de respiradores ubicados en todo el mundo, estableció cuáles eran sus capacidades y existencias, les informó sobre la próxima escasez de artículos consumibles y posteriormente propuso que el gobierno creara una reserva estatal de filtros para respiradores para cubrir las necesidades del país durante varios meses o incluso varios años. El Estado aceptó esta oferta, siempre que fuésemos responsables de la fabricación de estos dispositivos médicos y mantuviésemos una filial 100% francesa”.
Una carrera contra el tiempo
Hervé de Malliard, conocido como embajador de la “Fábrica Francesa”, ayudó a fabricantes y start-ups a ensamblar las 400 piezas necesarias para la construcción de un respirador, organizando así la creación de una cadena de suministro francesa para ciertos componentes críticos. Cuando las fronteras se cierran, la proximidad se vuelve crucial.
“Afortunadamente”, señaló Hervé de Malliard, “el sureste de Francia poseía los recursos industriales necesarios para el proyecto. Nos presentaron a Adrien Mithalal, director de PhysioAssist (Aix-en-Provence, Bouches-du-Rhône), a través del Institut Mérieux. Contribuyó con sus conocimientos sobre el diseño y la fabricación de estos dispositivos médicos y nos abrió su red para obtener los materiales necesarios”.
Se pidió a Infiplast, empresa de plásticos para dispositivos médicos, que diseñara, prototipara, probara y fabricara un componente crítico para los ventiladores: la cubierta que contiene el filtro del intercambiador de calor y humedad (HME).
“La empresa comenzó a trabajar con todos los materiales que tenía para fabricar herramientas y aprobar productos, con la colaboración de varios hospitales”, declaró Alain Michaud, manager de Fabricación Industrial de Infiplast SAS (Oyonnax, Ain).
Stäubli acepta el reto
Para responder rápidamente a la demanda estatal, Infiplast tuvo que implantar una línea de producción especializada. Como explica Stéphane Buttin, director de ventas de MGA Technologies: “Nos acercamos a Stäubli, líder mundial en robótica para salas blancas. La ubicación de Faverges (Alta Saboya) era ideal para esta colaboración. La respuesta proactiva de la empresa nos ayudó a montar una estación de trabajo automatizada y aislada, que abarca desde el diseño hasta la automatización, en menos de 10 semanas, una hazaña, ya que este tipo de proyecto normalmente tarda al menos 24 semanas en configurarse. Este fue un verdadero ejemplo de un exitoso esfuerzo en equipo que inspira a todos nuestros técnicos”.
Para poder ver el contenido completo tienes que estar suscrito. El contenido completo para suscriptores incluye informes y artículos en profundidad