El petróleo es un recurso energético no renovable ni sostenible, caro, contaminante y que es necesario importar, por lo que la obtención de un combustible alternativo es un reto para la mayor parte de los países del mundo desde hace décadas. Este ha sido precisamente el campo de investigación elegido por Tania Álvarez, titulada en Ingeniería Química por la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao, que ha logrado el Premio al Mejor Proyecto Fin de Carrera 2015 con un trabajo que propone un carburante ecológico alternativo.
Se trata del estudio titulado “Transformación de carbohidratos en bioproductos de interés: síntesis de bioaditivos oxigenados vía catálisis heterogénea a partir de fructosa”, y que se ha hecho merecedor del galardón que otorga anualmente la Fundación Escuela de Ingenieros de Bilbao en el ámbito de la química.
El estudio pone de relieve las ventajas del 2,5-dimetilfurano (DMF) como sustituto a los derivados del petróleo. Las principales ventajas de este compuesto químico, que se obtiene a partir de residuos de cultivos, son las de tratarse de un recurso renovable y sostenible, no contaminante y no emisor de gases de efecto invernadero. El DMF tiene unas propiedades físicas (densidad energética, punto de ebullición, calor de vaporización) que lo hacen firme candidato para ser biocombustible alternativo a la gasolina o como un aditivo para mejorar su octanaje.
Junto a estas ventajas, la utilización de este biocombustible a gran escala podría reportar otros beneficios, principalmente en el ámbito rural.
Para poder ver el contenido completo tienes que estar suscrito. El contenido completo para suscriptores incluye informes y artículos en profundidad