Un polímero para casi todo

Aunque la aplicación originaria del PET fuera la elaboración de fibras textiles, sus propiedades mecánicas y químicas le abrieron las puertas del sector del envasado. Pero la evolución de sus propiedades de uso no se ha quedado ahí. Recientemente, dos innovadores desarrollos tienen como base este material. Uno es un papel plástico para impresora que, gracias a la reacción térmica del PET con ciertos pigmentos químicos, puede ser reutilizado cientos de veces, lo que implica una reducción de consumo de papel vegetal. El otro, un vidrio de bloquea la radiación y el calor solar, pero deja pasar la luz, de manera que se puede evitar la necesidad de refrigerar edificios y vehículos.

Papel de PET para impresora

A lo largo de 2008, se prevé que llegue a Europa la B-SX8R de Toshiba –presente en el mercado japonés desde julio de 2006–, una impresora térmica que utiliza papel de plástico reciclable que puede ser borrado y vuelto imprimir. El material del que están fabricadas las hojas tiene su base en el PET, con un recubrimiento de pigmentos químicos termosensibles que, bajo determinadas condiciones de calor, cambian de color. De este modo, dosificando la cantidad de calor que la impresora aplica a la lámina de PET, se puede controlar el proceso de impresión/borrado, con lo que se pueden escribir y, sobre todo, borrar textos o gráficos en blanco y negro.

Esta tecnología permite imprimir una hoja y, después, volver a introducirla en la impresora, borrar su contenido y utilizarla de nuevo. El proceso de impresión hace uso de ese pigmento especial que reacciona con el substrato mediante el calor. A temperaturas superiores a los 180º C, se vuelve negro y crea el texto. Y cuando, en una segunda pasada, se expone a temperaturas de entre 130 y 160º C, vuelve a ser blanco, con lo que la información desaparece, y la lámina queda lista para una nueva impresión. Y así, hasta 500 veces. Una vez acabada su vida útil, estas hojas se pueden reciclar como cualquier otro producto de PET.

Menores emisiones de CO₂

La máquina puede imprimir hasta doce páginas de plástico por minuto y tiene una resolución de 12 ppm ó 300 puntos por cada 2,54 cm. Sobre la base de que se puede reutilizar cada hoja unas 500 veces, Toshiba asegura que la B-SX8R puede ofrecer costos de mantenimiento comparables a las impresoras láser industriales. Actualmente, cada hoja de PET cuesta unos 6,8 euros, y un paquete de 500 folios de papel ronda los 4 euros. Pero como esta impresora utiliza la misma lámina para cientos de impresiones, su uso contribuiría a reducir las emisiones de dióxido de carbono derivadas de la producción de papel.

Según el portavoz de Toshiba TEC Europa, Mike Keane, la B-SX8R podría hacer ahorrar mucho dinero a las empresas si éstas se aseguran de aplicar procesos que garanticen la reutilización del papel de plástico. No obstante, advierte de que esta impresora no ha sido diseñada para reemplazar a otros modelos, sino que su uso está orientado, fundamentalmente, a aplicaciones en las que no se necesiten guardar copias permanentes de documentos. Por ejemplo, trabajos como los que se llevan a cabo en los almacenes, donde se da a los trabajadores una lista de artículos para recoger, que deja de ser válida en la misma jornada laboral.

Proceso de adaptación

Gracias a las cualidades del papel sintético de PET, en cuanto a durabilidad, resistencia, etc. esta tecnología promete ser tremendamente útil. Una vez que las personas se adapten a reutilizar el papel, se podrían obtener ahorros considerables, según sus creadores. Sin embargo, Jeff Cooper, director del Comité Científico y Técnico de la Asociación Internacional de Desechos Sólidos (ISWA), asegura que ese proceso de adaptación para utilizar la impresora podría ser un obstáculo.

'El principal problema podría residir en temas de tipo conductual y el entrenamiento de nosotros mismos como humanos para reutilizar rápidamente más que acumular', afirmó. También cuestionó el análisis realizado por Toshiba en torno a los costos que se generan en el ciclo de vida al utilizar papel normal, comparados con los de las hojas sintética, ya que considera que no han tenido suficientemente en cuenta los gastos derivados del almacenamiento de papel de PET.