Hace 50 años visionarios de la industria formularon predicciones ambiciosas sobre el futuro del mecanizado y la fabricación. Hoy, mirando hacia atrás, es un ejercicio muy interesante evaluar qué predicciones se han cumplido y cuáles siguen siendo asignaturas pendientes. En primer lugar, muchas de las previsiones han sido parcialmente cumplidas. Se han logrado avances significativos en áreas como el control de calidad, la automatización, la precisión de las máquinas y la optimización de procesos. Los sistemas de control numérico, los avances en tecnología de medición y los métodos de simulación han revolucionado la forma en que fabricamos piezas hoy en día. Sin embargo, algunas de las predicciones siguen siendo desafíos para la industria. Por ejemplo, aunque se han desarrollado métodos científicos para describir la rugosidad superficial y predecir el rendimiento del mecanizado, aún queda trabajo por hacer en la implementación práctica y la estandarización de estos métodos. Además, la completa automatización y optimización de las plantas de fabricación por ordenadores centrales "On-line" sigue siendo una meta por alcanzar en muchos casos.
Hace 50 años, en el comienzo de la revista IMHE se resaltaba la aparición de un personaje crítico que, desde su nacimiento, se situaba por derecho propio en la historia como factor precipitante del cambio en el mecanizado. Así, fue sintetizador de las contradicciones de nuestro mundo, de la oposición entre el hombre y la máquina, aunque ambos se complementen, porque aquel necesita de éste y este a su vez de la mente humana constantemente para perfeccionarse.
El comienzo del Control Numérico
Sujeto a contradicciones, el CN. vino a revolucionar también el mercado de la máquina-herramienta. Su llegada significó el relevo del hombre en el dominio sobre la máquina.
Al protagonizar la decisión en el trabajo, el CN ha logrado las cotas más altas de precisión en el proceso productivo. Por su medio, la primera pieza y la última de la serie son igualmente perfectas y, lo que es más importante, almacena en su memoria el programa para repetirlo en adelante con la misma exactitud.
Fabricación automatizada, perfeccionamiento en los resultados, repetitividad, una verdadera revolución en la técnica, pero también en las relaciones humanas, consecuencia ineludible de la misma. El CN, porque realiza la sustitución del operario, exigió una reorganización de la fábrica, el cambio en las costumbres de los trabajadores, con detrimento de su pericia, y, por supuesto, una gran inversión.
¿Realidad o ciencia ficción? ¿Liberalizador del esfuerzo o alineador de responsabilidad? ¿Rentable o multiplicador de costos?
En definitiva, el CN ha solucionado problemas y ha planteado otros; por esto es un personaje central en el cambio durante estos 50 años.
Temas candentes hace 50 años y su actualización
Hace 50 años y tomando como base un estudio DELPHI realizado por medio de encuestas entre miembros del CIRP acerca del futuro de las Técnicas de producción trajo como temas principales las siguientes temáticas. Se recoge lo que se pensaba entonces y los resultados hoy en día.
Procesos de corte
Hace 50 años se decía
En 1980 la precisión y el acabado en el mecanizado será mejorado en un orden de magnitud sobre los niveles actuales. Por otra parte, se seleccionarán con frecuencia aleaciones ligeras para muchas piezas, principalmente por su facilidad de mecanizado.
Hacia 1985 se producirá una interesante innovación, con la combinación de procesos de corte con métodos físicos y químicos que habrán sido desarrollados y que desplazarán en un 20% al mecanizado convencional. Además, se dispondrá de ensayos para una determinación exacta de la maquinabilidad de los materiales en todo tipo de operación de corte.
Para 1990 un considerable progreso en este sentido hará posible disponer de un método exacto y científico capaz de predecir el rendimiento de una operación de mecanizado (vida de la herramienta, precisión, acabado, productividad) de cualquier combinación de materiales de pieza, herramienta y máquina y, también, existirán métodos sistemáticos, exactos y científicos que permitirán el desarrollo de nuevos materiales de herramienta con predeterminación de sus propiedades funcionales. Como resultado de esto, con los nuevos materiales de herramienta se lograrán velocidades de corte cinco veces más rápidas que las correspondientes a las velocidades actuales con cerámicas, incluso en el corte de materiales de alta resistencia; en operaciones de producción serán de uso normal velocidades de corte de 30 m/s. Más adelante, en 1995 se emplearán materiales con una variación en su maquinabilidad del 5%.
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