Los plásticos tienen muy buena aceptación en el sector de la construcción. En casi todas las casas, debajo de los materiales convencionales como el yeso, la cerámica y el hormigón, se esconde una gran cantidad de polímeros. Alrededor de una cuarta parte del plástico que se consume en Alemania se destina, transformado en una gran variedad de productos, a la construcción de edificios y también de infraestructuras, como puentes, carreteras y canales. Los propulsores y las góndolas de las centrales eólicas, las pantallas acústicas de las autopistas y vías férreas y gran parte de las pinturas utilizadas en la construcción también son de plástico. Y los invernaderos, grandes estadios deportivos, vestíbulos de estaciones y galerías comerciales enteras se cubren con planchas transparentes hechas de plástico.
La recesión económica general vivida en Alemania en los últimos años también afectó al ramo de la construcción, el mayor sector productivo del país. Sin embargo, parte de la demanda estancada o incluso en retroceso pudo compensarse gracias al aumento de la cuota de mercado de los plásticos en detrimento de los materiales competidores. Así, aunque la demanda de perfiles de plástico para ventanas experimentó, efectivamente, un descenso, la madera y el aluminio sufrieron retrocesos todavía mayores. Hoy en día, las ventanas de plástico son líderes indiscutibles del mercado con una cuota del 55%, y más de la mitad de ellas se destina a la reforma de edificios antiguos.
Elemento de ahorro energético
Según Brigitta Huckstein, experta en plásticos y medio ambiente de BASF, el plástico ofrece un gran potencial de ahorro energético. Los cálculos de la empresa química alemana indican que los aislamientos térmicos a base de plástico instalados en Europa en 2004 permitirán ahorrar 9.500 millones de gigajulios a lo largo de su vida útil, lo que representa el 20% de todo el consumo energético de la UE en el año 2002.Además, la sociedad austriaca de análisis globales GUA ha investigado qué pasaría si en Europa occidental se dejara de utilizar plástico. Los resultados demuestran que la demanda energética aumentaría en un 26% y ello provocaría, a su vez, un consumo adicional de 22,4 millones de toneladas de petróleo.
La protección térmica es, por tanto, un tema clave; y los plásticos tienen mucho que decir al respecto. Los polímeros aislantes que se utilizan debajo de los techos y los suelos o en las paredes exteriores e interiores, o los perfiles de plástico de las ventanas y los revestimientos para fachadas son un claro ejemplo de ello. Las tradicionales ventanas de PVC de dos o, como máximo, tres cámaras están dando paso a perfiles de cuatro a seis cámaras con un aislamiento aún más eficaz. Y la inyección de espuma de poliuretano, que también se encuentra como aislamiento en las obras, proporciona una mejora adicional de las propiedades térmicas de los perfiles.
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