A pesar de los numerosos beneficios de los materiales plásticos, actualmente ha aumentado la preocupación por estos, ya que, una vez que ingresan en el medio ambiente, pueden fragmentarse en partículas más pequeñas. Sin embargo, para poder continuar investigando en esta temática, es necesario disponer de materiales de referencia de nano y microplásticos que permitan desarrollar protocolos de identificación y poner metodologías a punto para el análisis de estas partículas. Es por eso que Aimplas, a través del proyecto Biomicro, tiene como objetivo desarrollar patrones de nano y microplásticos para continuar en esta línea de investigación y elaborar una batería de bioensayos in vitro que permitan evaluar la toxicidad de estos.
A pesar de los numerosos beneficios de los materiales plásticos, actualmente ha aumentado la preocupación por estos, ya que, una vez que ingresan en el medio ambiente, pueden fragmentarse en partículas más pequeñas. Los microplásticos son esos fragmentos plásticos cuyo tamaño es inferior a 5 mm y se caracterizan por su lenta degradación, su superficie hidrofóbica y su capacidad para adsorber metales pesados u otros contaminantes. Los microplásticos primarios son fabricados intencionadamente con un fin específico, mientras que los secundarios derivan de la fragmentación de macroplásticos debido a factores físicos, químicos o biológicos. El origen de estas partículas es muy diverso, siendo las principales fuentes la actividad industrial y el consumo doméstico.
Numerosos estudios confirman la presencia de los microplásticos en alimentos, debido a que se han originado como productos de degradación del plástico o por contaminación cruzada durante el envasado del producto. Una vez que las partículas se incluyen en la cadena trófica, pueden atravesar las barreras de diferentes organismos, así como las membranas celulares, y causar diferentes efectos moleculares. Además de los microplásticos, se le suman los aditivos y los contaminantes adsorbidos por estos. Los nanoplásticos se consideran incluso más peligrosos que los microplásticos debido a su pequeño tamaño, los cuales se encuentran en diversas matrices biológicas, y, si su tamaño es inferior a 150 µm, pueden ser absorbidos por los tejidos, órganos y células, por lo que es importante evaluar los efectos biológicos que puedan presentar en los organismos vivos.
Sin embargo, para poder continuar investigando en esta temática, es necesario disponer de materiales de referencia de nano y microplásticos que nos permitan desarrollar protocolos de identificación y poner metodologías a punto para el análisis de estas partículas.
Es por eso que Aimplas, a través del proyecto Biomicro, tiene como objetivo desarrollar patrones de nano y microplásticos para continuar en esta línea de investigación y elaborar una batería de bioensayos in vitro que permitan evaluar la toxicidad de estos.
Recientemente, muchos estudios han revelado que los mecanismos potenciales de citotoxicidad de los nanoplásticos incluyen daño a la membrana, estrés oxidativo, respuesta inmune y genotoxicidad (Chen, J., et al, 2023). En Biomicro, se estudian dos líneas celulares: Caco-2, para simular condiciones de colon humano, y HepG2, para recrear las condiciones del tejido hepático (Donato, M, et al 2015). Además, en este proyecto se sometió a las partículas de micro y nanoplásticos a una digestión in vitro para mimetizar condiciones del tracto digestivo humano. El proceso se basa en simular una fase estomacal con jugos gástricos y pepsina a un pH ácido, seguido de una fase intestinal en la que se neutralizan los fluidos con los materiales a digerir junto con enzimas intestinales. Posteriormente, se llevan a cabo estudios de citotoxicidad, determinación de especies reactivas de oxígeno (ROS) y genotoxicidad de las partículas tanto digeridas como sin digerir y de diferentes polímeros para evaluar los efectos que producen en las células humanas.
Para poder ver el contenido completo tienes que estar suscrito. El contenido completo para suscriptores incluye informes y artículos en profundidad