En el primer seminario Ícaro quedaron bien definidas las líneas básicas de lo que se entiende por “innovación social”:
a) Cooperación en la construcción de significados, valores y proyectos compartidos.
b) Participación de las personas en las organizaciones y reforzamiento de las dinámicas abajo-arriba.
c) Construcción de valores sociales que orienten hacia el desarrollo integral de las personas.
d) Respeto a la naturaleza y sostenibilidad de los recursos naturales.
“Aprender a cooperar”, tema del segundo seminario, explicaba que la cooperación entre personas y grupos diferentes es la base de la innovación social.
“Aprender a participar en la gestión de las organizaciones desde la transparencia”, el tema del tercer seminario, destacó la participación de las personas como algo más que la cooperación entre diferentes. Participar en la gestión de las organizaciones o de las instituciones significa compartir la responsabilidad de los éxitos y fracasos de las mismas.
Finalmente, “Construir valores sociales que faciliten el desarrollo integral de las personas compaginando la creación de riqueza con la distribución equitativa de la misma” ha sido el tema de este cuarto seminario; valores sociales que faciliten a las instituciones económicas compaginar la necesidad de ser competitivas en el mercado con la exigencia de ser útiles para el desarrollo integral de las personas, y que a las instituciones políticas les permitan compaginar la creación de la riqueza con la distribución equitativa de la misma. Además, las instituciones económicas y políticas deben asegurar un uso sostenible de los recursos naturales.
Los grandes retos de las instituciones económicas y políticas
Desde la perspectiva de la construcción de unas instituciones económicas y políticas basadas en el desarrollo de las personas y el reforzamiento del bien común, la innovación social tiene planteados, actualmente, cuatro grandes retos:
a) Reducir la desigualdad en la toma de decisiones: Si seguimos siendo desiguales, perderemos todo sentido de fraternidad, y esta, pese a su fatuidad como objetivo político, es una condición necesaria de la propia política. La desigualdad no solo es preocupante desde el punto de vista moral, sino que también es ineficaz.
b) La vuelta a la eterna “cuestión social”, planteada hoy en términos de una distribución equitativa de los bienes básicos que aseguran a las personas el acceso a una vida digna.
c) Cómo afrontar las consecuencias del cambio tecnológico: La demanda de nuevas habilidades aumenta a un ritmo mucho más rápido que la capacidad para enseñarlas. Además, el desempleo masivo está empezando a ser una característica endémica de las sociedades avanzadas.
d) Cómo afrontar la sostenibilidad del planeta: Las desigualdades sociales en la toma de decisiones, las dificultades de una parte importante de la sociedad para vivir una vida digna, las consecuencias del cambio tecnológico sobre las políticas de empleo y la sostenibilidad de los recursos naturales son los grandes retos planteados a nuestra sociedad.
Una respuesta desde una perspectiva integral de la innovación
Toda perspectiva es parcial y limitada. También lo es la perspectiva de la innovación social. Necesitamos desarrollar soluciones integradoras a los problemas sociales, donde su conjuguen la innovación tecnológica, la innovación económica y la innovación social. Necesitamos que la innovación social oriente a la innovación tecnológica y económica. Así se enriquecen mutuamente.
Necesitamos avanzar en ciencia y tecnología. Necesitamos avanzar en la creación de riqueza. Necesitamos, también, aprender a construir nuevas formas de relación, basadas en una mayor libertad, igualdad y cooperación entre diferentes. Para ello, será necesario aprender a construir significados, valores y proyectos compartidos. De esta manera, en la perspectiva de la innovación social, se amplía mucho el significado de la productividad. Es importante producir bienes materiales y promover el desarrollo tecnológico. Es igualmente importante asegurar la cohesión social, a través de una distribución equitativa de los bienes producidos; promover el desarrollo de las competencias de las personas, a través de un trabajo que favorezca la creatividad y la capacidad de cooperación de las personas; poner el desarrollo económico y tecnológico al servicio de los bienes básicos que han sido definidos por la sociedad, y asegurar un crecimiento sostenible, regulando, en la práctica cotidiana, el uso de recursos naturales.
Las personas podemos luchar contra el capitalismo explotador
El cambio comienza por las personas asociadas en grupos de presión. El cambio tecnológico y económico debe apoyarse en un cambio de valores, que modifica y enriquece las relaciones entre personas y entre grupos. La innovación económica y tecnológica aporta recursos para mejorar el trabajo y la convivencia en la sociedad, pero puede igualmente fomentar las desigualdades sociales. Todo depende de cómo se utilicen los recursos económicos y tecnológicos. Todo depende, finalmente, de los valores compartidos que construye una sociedad para dar sentido y orientación a los recursos económicos y tecnológicos.
La innovación social quiere desarrollar los valores basados en la libertad, la igualdad y la cooperación. El cambio de valores va más allá del cambio de lenguaje. Supone cambio de comportamiento en las personas y en los grupos.
El retorno a la ética
La convivencia entre diferentes exige que nos pongamos de acuerdo sobre los bienes básicos que definen la “sabiduría de la buena vida”. Si queremos que el sistema económico esté al servicio del bien común, es imprescindible que definamos en qué consiste el bien común. Toda sociedad tiene que realizar esta labor.
Se han identificado siete bienes básicos, comunes a todas las culturas: salud, seguridad, respeto, personalidad, amistad, armonía con la naturaleza y ocio.
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