Ya sea en barco, ferrocarril, avión o camión, los bienes industriales deben estar embalados correctamente y de forma segura, para que lleguen a los usuarios o consumidores en perfecto estado. A menudo, las mercancías recorren largos trayectos hasta su lugar de destino por carreteras accidentadas, vías ferroviarias con grandes sacudidas o mares con fuerte oleaje. El producto embalado debe resistir frenadas fuertes o aterrizajes bruscos, así como cargas climáticas y trasbordos o cambios de embalaje externo frecuentes. Lo explica la periodista Melanie Streich en el siguiente artículo, elaborado con motivo de interpack 2017.
Las empresas de embalajes deben satisfacer las exigencias mayores y condiciones específicas de sus clientes: la calidad y el servicio de alto nivel son decisivos en una industria que está marcada por la competencia creciente. Se desea obtener sistemas de embalaje que garanticen tiempos de parada mínimos y tiempos de reequipamiento cortos y, naturalmente, un trabajo ahorrando costes, energía y recursos.
Embalajes resistentes a los impactos
La protección óptima durante viajes agotadores se obtiene con embalajes industriales de alta calidad fabricados con materiales muy diversos. Palés y cajas de madera o cartón corrugado, contenedores de transporte plegables o jaulas de transporte de plástico, bastidores de transporte, embalajes de colchón neumático, sacos y embalajes para materiales peligrosos y de alta resistencia ofrecen una protección apropiada a las necesidades respectivas de los productos y vías de transporte.
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