Desde que los fabricantes introdujeran los primeros brazos de robot en las cadenas de montaje a principios de la década de los 60, el temor a que acaben con los trabajos humanos se ha ido propagando progresivamente. Y es verdad; muchos trabajos ya han sido delegados a robots, como montajes, cultivos, cirugías e incluso trabajos al vacío. Darren Halford, de European Automation, continúa aquí el debate.
Esta velocidad del cambio tecnológico ha llevado al director de ingeniería de Google, Ray Kurzwell, a predecir que los robots “alcanzarán niveles humanos de inteligencia antes de 2029”.
Para muchos, la idea de una inteligencia artificial que supere el intelecto humano resulta un pensamiento sobrecogedor. Aunque ciertamente no es el primer ejemplo de inteligencia artificial malvada representada en la cultura pop, HAL, el ordenador asesino de 2001: una odisea en el espacio, sí es un ejemplo importante del recurrente tema de la 'sublevación de los robots' que podemos observar en el cine y la literatura.
Sin embargo, incluso en los remotos mundos de la ciencia ficción, los robots han demostrado ser predominantemente útiles, al igual que lo han sido en la fabricación. Desde los robots de seis ejes, los SCARA y los cartesianos, a los vehículos automáticos guiados (AGV), los robots suelen crear empleo, aumentando el número total de puestos de trabajo disponibles.
Tendencias 2015
Una de las tendencias de automatización para 2015, los AGV son robots móviles que navegan de forma independiente usando imanes, láseres, visión y orientación geográfica y que se suelen utilizar en entornos industriales para transportar materiales y productos en una fábrica o almacén. Los AGV son capaces de incrementar la eficiencia, reduciendo gastos a la larga, y es por ello que su mercado está creciendo a un ritmo vertiginoso.
A diferencia de los vehículos automáticos guiados, normalmente los robots de fabricación más complejos se suelen confinar al trabajo dentro de jaulas conocidas como celdas de trabajo robóticas. Estas barreras físicas protegen a los trabajadores humanos de posibles accidentes, y de la potencia y la velocidad de un funcionamiento inadecuado de la robótica. Si alguna vez ha visto un robot en una feria de muestras, intente volver a cero sin respaldo en caso de un corte eléctrico, y sabrá exactamente a lo que me refiero.
A pesar de esta restricción, los avances en la programación suponen que algunos robots puedan ahora funcionar libremente junto a los humanos en las plantas de producción. Esta integración revoluciona las funciones laborales tanto de los robots como de los trabajadores humanos. Aumenta la productividad de las tareas menores y libera a los trabajadores humanos para que puedan centrarse en trabajos que sean más sofisticados.
Aunque aún se encuentra en sus primeras fases, dicha colaboración hombre-máquina supone un enorme paso hacia un trabajo de humanos y robots en armonía.
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