Los suizos no están dispuestos a realizar ninguna concesión con su apreciado güggeli, como llaman al pollo asado. Si no se crían adecuadamente, no se someten a controles sanitarios regulares y no son totalmente frescos, los pollos no llegan a la mesa. La empresa suiza Ernst Kneuss Geflügel ha creado algo especial para los exigentes suizos: Imprime una etiqueta OnVu, un indicador de tiempo-temperatura, en la caja de cartón de su pollo para asar Bachofe-Güggeli, que lo acompaña hasta el comercio. Un pigmento especial en el interior del símbolo de una manzana se irradia con UV durante el envasado y se vuelve azul. Desde ese momento, el color comienza a desvanecerse con el tiempo y en función de la temperatura. Dependiendo del tiempo que se haya almacenado caliente el pollo asado, más rápidamente cambia el color. Si el interior de la manzana es más pálido que el color de referencia del borde, el consumidor sabe que el pollo no debe comerse.
“Con las etiquetas, nuestros clientes pueden comprobar el frescor y la calidad de nuestros productos y ponemos de manifiesto nuestra filosofía de calidad”, explica Daniel Kneuss, director gerente de la empresa. Este fabricante de aves preparadas introdujo la etiqueta OnVu ya en 2008; otras empresas desean hacerlo a partir de ahora. “Estamos negociando en todo el mundo con cadenas comerciales y de comida rápida”, afirma Martin Angehrn, director de OnVu en Basf. El grupo químico alemán adquirió en 2008 la empresa suiza especializada en pigmentos Ciba, que ha desarrollado el indicador junto con el fabricante alemán de maquinaria Bizerba.
La fecha de caducidad no es suficiente
Si se desea garantizar totalmente a los clientes la seguridad de los productos, debe controlarse toda la cadena logística, desde la producción hasta el consumidor. Esto es especialmente aplicable a los alimentos perecederos más sensibles y a los productos farmacéuticos.
Para poder ver el contenido completo tienes que estar suscrito. El contenido completo para suscriptores incluye informes y artículos en profundidad