El entorno macroeconómico se convirtió en un reto para BASF en el segundo trimestre de 2019. “En la actualidad, asistimos a una gran incertidumbre, escasa visibilidad y poca previsibilidad,” comentó Martin Brudermüller, presidente de la Junta Directiva de BASF, durante una conferencia telefónica. “Nuestros resultados del segundo trimestre reflejan claramente esta situación”.
En comparación con el segundo trimestre del ejercicio anterior, las ventas descendieron en un 4%, hasta los 1.520 millones de euros. Los precios bajaron en un 2%, impulsados principalmente por los negocios de isocianatos y productos craqueadores. Los volúmenes de ventas disminuyeron en un 6%. Todos los segmentos registraron volúmenes inferiores, excepto Nutrición y Cuidado. La caída fue más pronunciada en los segmentos de Productos Químicos y Soluciones Agrícolas. Las causas habría que buscarlas en los plazos de entrega programados de los productos de los craqueadores a vapor en Amberes, Bélgica, y Port Arthur, Texas, así como en las condiciones climáticas desfavorables en Norteamérica que afectaron al segmento de Soluciones Agrícolas. Los efectos de cartera representaron más del 2% gracias a los negocios de semillas y herbicidas no selectivos adquiridos a Bayer. Los efectos de divisa ascendieron a más del 2%.
El EBITDA antes de extraordinarios disminuyó en un 27% hasta los 2.000 millones de euros. El EBIT antes de extraordinarios se situó en 1.000 millones de euros, un 47% inferior al del ejercicio anterior.
Los conflictos comerciales mundiales, particularmente entre los Estados Unidos y China, preocupan seriamente a la empresa. “Nos atuvimos a la evaluación general de que se encontraría una solución para mediados de año. Pero ahora parece que la situación no se apaciguará hasta que transcurra algún tiempo,” dijo Martin Brudermüller. BASF ya publicó sus cifras clave en un comunicado de prensa ad hoc el 8 de julio. Las expectativas de la empresa para 2019, presentadas en febrero de este año, se basaban en determinados supuestos macroeconómicos y geopolíticos. “Desafortunadamente, muchos de ellos no se materializaron y, por lo tanto, tuvimos que rebajar nuestras expectativas,” explicó Martin Brudermüller. Añadió que las expectativas ajustadas no cambiarían la política de dividendos progresivos de BASF: “Queremos aumentar nuestro dividendo por acción cada año”.