España es el país líder de Europa en navegación móvil, lo que convierte al “responsive design” o diseño responsivo en el caballo de batalla de los ecommerce.
Si bien es cierto que existen muy pocas webs que no posean este diseño adaptado a la navegación desde smartphones y/o tablets algunas siguen sin tener claro qué posibilidades explorar para mejorar su tráfico y conversiones.
Uno de los clásicos pecados de muchas marcas es el de confundir una app o aplicación móvil con una alternativa al diseño responsivo. No sólo no son los mismos, sino que no tienen nada que ver.
Wikipedia define las apps móviles como “aplicaciones informáticas' diseñadas para ser ejecutadas en teléfonos inteligentes, tabletas y otros dispositivos móviles.” Partiendo de esa definición y como citaba en el titular vamos a comprobar, grosso modo que el diseño responsivo y las apps móviles son dos variables del desarrollo de una web.
Una marca debe conocer a fondo el diseño de es su página web corporativa o ecommerce pues éste puede hablar mucho y mal de ella. Un tip para evitar sustos, consulta responsinator.com y averigua si tu web tiene un diseño de estas caraterísticas o no. Y replantea tu plan de negocio y valora tu estrategia de inbound marketing en base a tres factores que te servirán como indicio de que algo no va bien:
No confundas responsive design con app móvil
Lo sé, debe tenerlo porque Google así lo ha impuesto hace relativamente poco, sin embargo las penalizaciones parecen no haber llegado aún y muchos sites siguen sin estar adaptados y prefieren obcecarse en desarrollar apps amparados en el argumento de que España es el país de Europa que encabeza el uso de móviles inteligentes. Todo un abanico de usuarios de diferentes edades y perfiles ¿Apetecible, verdad?
Es cierto que en los tiempos que corren una marca tiene esa opción, pero quizá una app dedicada sencillamente a la venta no sea un acierto, sobre todo teniendo en cuenta que requiere de un estudio de mercado profundo que le obligará a la marca a decantarse por un fragmento de sus clientes, los usuarios de Apple o los de Smartphone. Por el momento los smartphone son la preferencia ya que en 2013 la app store de Google Play superó en posibilidades a la App Store para iOs de Apple. ¿Las cifras? Más de 800.000 aplicaciones disponibles en la primera frente a las 775.000 de la segunda.
Hasta aquí todo es positivo, pero cuidado porque como adelantamos antes, no existe justificación alguna para desarrollar una app sólo para la venta de tus artículos.
El camino más inteligente para una marca es elegir un objetivo y establecer unas metas antes de decidir si desarrollar o no una app, y por supuesto, ofrecer un plus relacionado con ella. Algo que sea identificable con los valores corporativos y contribuya a fidelizar a los clientes.
Para tomar esta decisión es fundamental valorar los aspectos técnicos.
Ir un paso más allá
Deberías explorar horizontes nuevos, llegan los wearables. Aunque muy por detrás de los smartphones despiertan mucho interés. Para muestra las zapatillas de deporte que te hablan, un wearable desarrollado por Adidas en colaboración con Google. Estas zapatillas son uno más de los precedentes de apps integradas en la ropa e indicadas para llevar una vida más sana.
Salud, wearables, navegación móvil ¿Sigues estando seguro de que una app es necesaria?