Uno de los capítulos del “Informe Cotec 2012 sobre Tecnología e Innovación en España” está dedicado a las necesidades de capital humano para la innovación, especialmente en las pequeñas y medianas empresas. El conjunto de conocimientos, habilidades, competencias y actitudes incorporados a las personas determinan la capacidad que tiene una sociedad para enfrentarse a los retos del mundo actual; unos retos que solo pueden ser superados cuando cada individuo en particular y la sociedad en su conjunto han asumido el valor del conocimiento. Por esta razón, se resalta la importancia de la mejora continua de los sistemas educativos, con una atención especial a la Formación Profesional en España o a la necesidad del marco europeo de cualificaciones ocupacionales, específicamente para actividades innovadoras.
Desde la publicación del informe anterior, tanto España como Europa están sumidas en un proceso de transformación del marco institucional de la innovación. Horizonte 2020 marcará el futuro de las políticas comunitarias en este ámbito, mientras que, en España, la reestructuración de la Administración General del Estado enlaza por primera vez en un único Ministerio la economía, la competitividad y, como consecuencia de ello, la innovación. Estos cambios son objeto de especial atención en el informe.
Por último, como cada año, se presenta la opinión del panel de expertos de Cotec, en el que los expertos exponen los motivos en los que fundamentan su alto grado de preocupación.
Contenido del informe
Los informes anuales Cotec sobre tecnología e innovación en España, desde 1996, tienen como objetivo aportar una recopilación de indicadores sobre la situación de la innovación y la tecnología en España y su posicionamiento respecto a países de referencia. Incluyen además un índice sintético de opinión de un panel de expertos sobre las tendencias de evolución del sistema español de innovación.
Como en años anteriores, para el Informe Cotec 2012 se han seleccionado como países de referencia los cinco países de la UE que forman, junto con España, el grupo de naciones con mayor número de habitantes (Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Polonia), así como el conjunto de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón. También se incluyen en el grupo de países de referencia Corea del Sur, Australia y Canadá, por su relevancia económica y el grado de desarrollo de su sistema de innovación, países a los que se añade este año China, cuya importancia, tanto económica, como en su calidad de actor en el contexto de la innovación mundial, está fuera de toda duda.
Análisis de la situación
Los indicadores básicos de las actividades de I+D en España muestran la estabilización de los recursos invertidos en el sistema de innovación en 2010, después del incremento continuado entre 2000 y 2008 y la reducción experimentada en 2009. Después de crecer al 12,3% anual entre 2000 y 2005 y a un ritmo más reducido, el 7,4%, entre 2005 y 2010, el crecimiento del gasto en I+D, en euros corrientes, fue de solo el 0,05% en 2010. En euros constantes, compensada la inflación, la tasa de crecimiento es negativa, del 0,9%. El gasto español en I+D ascendió a 14.588 millones de euros corrientes, cifra muy parecida a los 14.582 millones de 2009.
En términos de PIB, el gasto en I+D en 2010 se mantuvo en los mismos niveles de 2009: el 1,39% (con el PIB referido a base de 2008). Los esfuerzos en I+D de los sectores público y privado también se mantuvieron iguales a los de 2009: el 0,67% y el 0,72%, respectivamente.
El número de personas que trabaja en actividades de I+D continuó creciendo en 2010, hasta los 222.022 en equivalencia a jornada completa (en EJC), con un incremento del 0,56% respecto a 2009. También creció en relación con la población ocupada, del 11,7‰ de 2009 al 11,8‰ en 2010.
De las personas que trabajan en actividades de I+D en 2010 el 60,6% son investigadores y el resto personal técnico y de apoyo. Este porcentaje se mantiene idéntico al de 2009 y sigue siendo elevado en comparación con otros países avanzados, reflejando que los investigadores españoles disponen de menos personal de apoyo que los de esos países.
En cuanto a los resultados, se constata un repunte de las exportaciones de productos de alta tecnología, que tras caer un 14% en 2009 respecto al máximo de 2005, en 2010 superaron ligeramente ese máximo. También mejora algo la tasa de cobertura, hasta el 40%. Ese año, la mejora de la cobertura, que viene creciendo desde 2008, se debió también al crecimiento de las exportaciones y no tanto a la caída de las importaciones.
La producción científica sigue su tendencia ascendente, que no se quebró en años anteriores. En 2010, el número de publicaciones españolas ascendió a 66.655, un 6% más que en 2009, aumentando la cuota española de producción mundial del 3,0% al 3,1%.
En otro orden de cosas, España se sitúa en octavo lugar entre los doce países seleccionados en cuanto a valor absoluto de su PIB, y también en cuanto PIB per cápita, pero manteniéndose este último indicador por encima de la media de la UE-27.
En lo referente a gasto absoluto en I+D, España cae a la décima posición en el conjunto de países considerados, solo por encima de Australia y Polonia. También ocupa la décima posición en cuanto a esfuerzo de I+D, esta vez por delante de Italia y Polonia y por debajo de China y del esfuerzo medio en la UE-27. Es en el indicador de gasto en I+D por habitante, donde España sube a la novena posición, dejando atrás a Italia, Polonia y China, pero por debajo del promedio de la UE-27.
Aunque año a año aumenta el esfuerzo en I+D español, no se reduce la distancia que lo separa del esfuerzo medio de la UE-27. Así, mientras en España este indicador creció en 2009 al 1,38% del PIB, frente al 1,35% de 2008, la UE-27 alcanzó el 1,92% en 2009, ocho centésimas por encima del 1,84% de 2008.
Si se examina la distribución del gasto de I+D entre los distintos sectores, puede verse que el ejecutado por el sector empresarial en España sigue teniendo un peso muy inferior al que tiene en el conjunto de la UE-27 o en los países de la OCDE. En 2009, las empresas españolas ejecutaron un gasto en I+D equivalente al 0,72% del PIB, dos centésimas inferior al 0,74% de 2008, mientras que en la UE-27 este esfuerzo supuso el 1,17% (1,15% en 2008) y en la OCDE el 1,62% (1,63% en 2008). Esta diferencia supone para España un importante obstáculo en el camino hacia una economía basada en el conocimiento.
Un déficit parecido se observa cuando se examinan los recursos humanos para la I+D. En España, solo el 34,5% de los investigadores trabajaba en 2009 en el sector empresarial, un punto menos que en 2008 y más de diez puntos inferior al de la media de la UE-27.
Para poder ver el contenido completo tienes que estar suscrito. El contenido completo para suscriptores incluye informes y artículos en profundidad